martes, 30 de agosto de 2011

La solera del Barranco

En 1979 y poco antes de las primeras elecciones municipales de la Democracia, fue cuando Miguel Mesa González, que todavía era alcalde de la Villa, tras un acuerdo con el alcalde de Fontellas, le pidió a Carmelo Fernández Vergara que trajera a Fitero las piedras del trujal que había sido reducido a escombros en aquella localidad navarra. Eran otros tiempos, ni siquiera se había promulgado la primera Ley de Patrimonio que hubo en España y que data de 1985, justo un año después de que se  fundara en Navarra el órgano consultivo y asesor de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra en materia de cultura: el Consejo Navarro de Cultura. De ahí que entonces si algo era bonito y sus propietarios lo permitían no había nada más que decir, hoy en día, los restos de aquél trujal de Fontellas se considerarían parte del Patrimonio Arqueológico Industrial y, quizá, se le habría dado otro tratamiento en la propia villa de Fontellas.
Con las dos piedras que componían la Solera circular de aquel trujal de Fontellas, Carmelo Fernández hizo una mesa redonda que, desde entonces, ofrece esta función en el fiterano Paseo del Barranco de los Palomares. Sobre aquella solera rodaba la piedra Volandera, que trituraba las olivas antes de llevarlas a la prensa para obtener el aceite. Alguna de las cuales adorna desde entonces el jardín del chalet de unos vecinos de Fitero. También había otras piedras que formaban parte de la maquinaria de aquel trujal y que se encuentran o encontraban en el interior de la coqueta casa de campo que Nicolás Tena Tejero mandó construir tras las instalaciones de la fábrica textil de INITESA en 1965, también como parte de su decoración. Lástima que desde hace años este curiosa y pequeña casa de campo esté abandonada y que incluso se le haya hundido parte del techo. En su asador debieron cocinarse buenas comidas y cenas, y los comensales que se sentaron a su mesa también debieron hacer buenos negocios.

lunes, 29 de agosto de 2011

Inmuebles con protección innecesaria

Entre los inmuebles que el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero acogidos a Protección Medioambiental se encuentra el de la Parcela 2664 de la Calle del Pozo.
Las reformas que ha sufrido su fachada así como la aparente ausencia de motivos o argumentos que llevaron al Ayuntamiento a incluir este edificio entre los recogidos en el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de la Villa hace que sea difícil entender por qué sigue constando este edificio entre los protegidos. Su situación es parecida al de la Parcela 2596 de la Calle Mayor, al de la Parcela 2642 de la Calle Armas y al de la Parcela 1029 de la Calle Mayor, por lo que es evidente la necesidad de una revisión de qué edificios deben seguir en este catálogo y cuáles han de eliminarse. Además de considerar cuáles han de incluirse ya que hay inmuebles con mayores motivos para figurar en este catálogo que hasta ahora carecen de cualquier tipo de protección o, lo que es peor aún, de consideración o estima. Al menos, por parte del Ayuntamiento, claro está.
De paso que corrigen el contenido del catálogo y desarrollan y aplican las medidas correspondientes para que los vecinos veamos que se administra bien nuestro patrimonio, no estaría mal que se enmendaran erratas como por ejemplo las de ubicar varios inmuebles de la Calle Lejalde como si lo fueran de la Calle Mayor. Más que nada porque da muy mala imagen que los que gestionan la administración local den muestras de que parezca que ni siquiera conocen las calles de su propia Villa.

sábado, 27 de agosto de 2011

La Casa Barco

Se trata de uno de los edificios más singulares de la Villa y se le conoce popularmente como la Casa Barco, seguramente porque su estructura, en general, y también particularmente la fila de ventanas circulares de su penúltimo piso, recuerdan la forma del puente de mando de un barco. El curioso mirador circular de su ático debió ser el punto más alto de Fitero, al estar construido este edificio en uno de los lugares más altos del municipio en los que se había edificado hasta entonces. Aunque ya no sea así, el edificio no deja de tener un encanto especial para la Villa.
Este inmueble de la Parcela 2423 de la Avenida Pío XII / Calle Mayor, cuya fachada hace años que está pidiendo un arreglo, también está sujeto a Protección Ambiental de acuerdo con el catálogo del vigente Plan Municipal de Urbanismo. Por lo que no estaría nada mal que el Ayuntamiento se decidiera a tomar medidas al respecto, con éste y con el resto de inmuebles incluidos en el catálogo del Patrimonio Arquitectónico de Fitero. Quizá, como ya les propuse hace un par de legislaturas a quienes entonces administraban el gobierno municipal, además de que sería bueno que les comunicaran a sus propietarios en qué condiciones debían conservarse este tipo de inmuebles y qué medidas debían adoptarse, tanto por parte de ellos como de la administración local, también podrían desde ésta coordinar las solicitudes de ayudas que para este tipo de edificios venía convocando todos los años el gobierno foral de Navarra, como parte del más que necesario Plan Director del Patrimonio de Fitero. La verdad es que dudo de que hayan hecho ni una cosa ni la otra pero como nunca es tarde si la dicha es buena y, en este caso, los beneficiados serían todos los fiteranos, tanto los propietarios de los inmuebles en cuestión como los que paseamos por sus calles, así como los que se interesan por visitar Fitero y disfrutar de los encantos y atractivos de la Villa, no estaría mal que lo reconsideraran. Especialmente si, por fin, se pone en marcha el citado Plan Director.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Que desprotejan el Humilladero, por favor

Según el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, el Humilladero se encuentra entre los Elementos Protegidos, concretamente, tiene asignada una Protección Integral. Esto es, forma parte de aquellos inmuebles de excepcionales valores de carácter arquitectónico. En dichos inmuebles se admiten únicamente las obras de Mantenimiento, Conservación, Acondicionamiento, Rehabilitación y Restauración, encaminadas a la eliminación de actuaciones negativas en el exterior o para realizar redistribuciones de tabiquería que mejoren su adecuación funcional, manteniendo las características fundamentales de su interior. No obstante, previo informe favorable de la institución Príncipe de Viana, se podrán autorizar intervenciones que superen las obras admisibles antes mencionadas siempre que la singularidad y calidad de la actuación suponga un enriquecimiento patrimonial.
Con este tipo de protección sólo hay clasificados tres inmuebles en la Villa: el Monasterio de Fitero, los restos romanos de Baños de Fitero y el Humilladero.
A la vista de la fachada de al antigua Iglesia Abacial o del lamentable estado que presenta el Humilladero desde hace más de seis meses, parece que todo esto tiene poca importancia o interés para quienes deberían preocuparse de que se cumpla la Ley vigente. Quizá sería más honesto por su parte que cambiasen la Ley para que así se acomode ésta a su forma de proceder, por lo menos dejarían de ser ilegales.

lunes, 22 de agosto de 2011

El Cortijo

El Cortijo era una parte integral del antiguo monasterio cisterciense de Fitero. Su nombre, como bien identificó Luis Rafael Villegas Díaz, procede del latín medieval Curtis con el que se designaba a un lugar cerrado, como los que aún quedan en Andalucía, aunque no son construcciones originarias de esta zona sino de las fronteras y  hasta allí las llevaron los castellanos como parte del proceso de su reconquista.
En el libro Fitero Cisterciense, del Monasterio a la Villa (Siglos XII-XV), describí cómo era el cortijo del monasterio mientras fue algo más parecido a una fortaleza, con sus murallas almenadas y sus dos puertas fortificadas, que al barrio urbano en el que acabó transformándose a finales del siglo XV, cuando se convirtió en el embrión de lo que acabó siendo la villa de Fitero, a partir de 1482. Entonces, cuando el Cortijo cisterciense se convirtió en el primer casco urbano de Fitero, el espacio que había entre la actual Calle Mayor y la Calle de la Patrona, el Barrio Bajo y la Calle Díaz y Gómara, eran una gran viña que junto con el olivar que iba desde la Calle de la Patrona hasta la Huerta, proporcionaban al monasterio dos de los principales recursos naturales de los que se nutría la comunidad cisterciense.
El Cortijo tenía forma cuadrangular, hoy más o menos desfigurada por las casa que se fueron adosando a sus desbordadas murallas. En su interior queda su trazado medieval original, en forma de Y, siendo dos de sus extremos los correspondientes a los lugares en los que estuvieron las citadas puertas fortificadas que daban a la Plaza de la Iglesia y a la Calle de la Villa, respectivamente, así como el final de la calle que comunicaba con el Callejón de los Conversos y con la entrada que daba paso al Claustro a través del piso bajo de una de las tres torres defensivas que entonces tenía el monasterio y que era la que albergaba a la cocina monacal, y que hasta hace pocos años no tenía la actual salida que da a la Paseo de San Raimundo. En la calle de la entrada principal al Cortijo, todavía pueden verse, en la reconstruida fachada de una de las casas, algunos sillares que debieron pertenecer a la muralla que lo cercaba junto a la desaparecida puerta fortificada. Desafortunadamente, ha desaparecido la antigua placa que indicaba que por allí se entraba a la Calle del Cortijo, perdiéndose así otro de los curiosos detalles que había en este recoleto y encantador rincón de Fitero, que está cargado de historia.

domingo, 21 de agosto de 2011

Funcionarios del Turismo

En los restaurantes, hoteles, comercios en general, etc hace décadas que está vigente aquello de que el cliente siempre tiene la razón. En las organizaciones empresariales dedicadas a todo tipo de negocios se habla de orientación al cliente o vocación de servicio, que viene a ser lo mismo.
La mayoría de las personas aprovechamos horarios fuera de oficina, entre semana, quiero decir, o, sobre todo, los fines de semana, los puentes y las vacaciones para viajar y conocer cosas que, aunque estén cerca y, a veces, muy cerca, no podemos disfrutar de ellas.
Gracias a que hay personas que trabajan a la hora de comer, por ejemplo, otros podemos disfrutar de una buena comida o cena fuera de casa. Si sólo se pudiera comer o cenar en horario de oficina los restaurantes tendrían muy poco éxito. Es más, cerrarían y se justificaría que así fuera porque no serían un negocio para nadie y es normal que por eso a nadie se le ocurra abrir un restaurante en esas condiciones. Algo parecido ocurre con todos los servicios y negocios que se montan alrededor del turismo.
Quizá por eso en Fitero el número de personas que nos visitan y que dejan riqueza en la Villa, a cambio de disfrutar de lo que se les ofrece, es mínimo o casi nulo, en comparación con el potencial que tiene o podría tener Fitero.
Es posible que si se orientasen las actividades relacionadas con el turismo, para que fueran de utilidad e interés para los turistas, se mejoraran las infraestructuras, etc, se pudiera lograr que Fitero fuese un lugar más turístico.
Aunque es verdad que, yendo hacia el otro extremo, estamos demostrando día a día que lo contrario es cierto y quizá hasta haya que cerrar "el restaurante" porque la gente se siga empeñando en no "venir a comer" en horario de oficina, ni le interesen los pocos "platos" que les ofrecemos en el menú, ni tampoco encuentren nada diferencial en cómo se los preparamos o servimos. Vamos que, hoy por hoy, no descubren casi nada distinto a lo que hay en cualquier otro pueblo, como para venir a disfrutar de las maravillas que, sin embargo, hay en Fitero y que no tienen las demás localidades. Ah y conste que algunas de éstas, con muchos menos recursos que los que tiene Fitero: su monasterio, los balnearios, el paisaje, la gastronomía, el deporte, etc, le sacan muchísimo más partido a lo que tienen. Seguramente porque aunque "querer no siempre es poder", para que pueda ser, antes se tienen que querer o ¿no?

sábado, 20 de agosto de 2011

El paso del Tamarigal

En los poco más de 6 kilómetros del cauce del río Alhama, que parten en dos mitades casi idénticas el término municipal de Fitero, sólo hay un puente que permite pasar de una a otra orilla. El único puente fiterano sobre el Alhama no es peatonal, aunque es verdad que dispone de una estrecha acera por la que se puede pasar andando, y con dificultad pasan a la vez dos turismos, siempre que sean pequeños, claro. Pero lo peor de todo esto es que está a las afueras de la Villa y en el centro del término municipal. Vamos que si alguien quiere hacer una excursión, darse un paseo o ir a trabajar o bien lo hace por ese puente o no tiene opción. Especialmente si no es durante los meses de estío ya que, entonces, el río permite que lo crucemos saltando de piedra en piedra, como se puede hacer en el actual Paso del Tamarigal.
Los visitantes de Baños de Fitero tampoco tienen otra opción mas que la de acercarse hasta la Villa, así que mientras nadie se preocupe de que quienes nos visitan puedan disfrutar de los encantos del paisaje fiterano, así como de las magníficas vistas que ofrecen las cimas de sus montes, más vale que sigamos cuidando del sencillo e improvisado Paso del Tamarigal.
Quizá pronto se decidan a completar el tramo que falta en el paseo peatonal para que así se pueda ir dando una agradable y segura caminata desde la Villa a su barrio de Baños de Fitero, en el límite con la Venta del Baño (Cervera del Río Alhama, La Rioja) y viceversa. Puede que entonces también se preocupen de aprovechar el bosque salvaje del Tamarigal y de cómo pasar sin mojarse de una a otra orilla del Alhama en sus alrededores. Mientras tanto, aprovechemos que en verano unas simples piedras nos facilitan aquello que la administración pública nos niega: el Paso del Tamarigal y esperemos que cuando ésta se decida a acondicionar las infraestructuras de Fitero, para que sea una villa atractiva para el turismo, éste sea uno de sus puntos de interés por lo que aporta a los viandantes dispuestos en disfrutar de la Naturaleza.

viernes, 19 de agosto de 2011

El Ayuntamiento dejó MUDO a San Raimundo

En el panel explicativo con el que el Ayuntamiento de Fitero, con el patrocinio del Gobierno de Navarra, informa a los visitantes que se aproximen a ver el monumento dedicado a San Raimundo de Fitero con noticias relativas a supuesta vida del abad del primer monasterio cisterciense que hubo en la península Ibérica, fundador de la milicia cisterciense que acabó dando lugar a la Orden Militar de Calatrava y Patrón -de hecho ya que no consta que lo sea de derecho- de la Villa. Aunque más que ajustarse a los hechos conocidos y avalados documentalmente, se decantaron por propagar mitos o leyendas carente de base histórica alguna, como que Raymond, antes de ser cisterciense, habría sido canónigo en Tarazona, esto es, que habría servido como tal junto al obispo que después le robó el monasterio y expulsó a sus monjes de Fitero. "Mentira piadosa" con la que así se explicó posteriormente cómo el monasterio de Fitero había pasado a depender del obispado de Tarazona, tras habérselo usurpado éste al de Calahorra. Seguramente la verdad histórica era muy cruda como para recordarla y, además, minaba la autoridad de quienes durante siglos fueron señores eclesiásticos del monasterio y la villa de Fitero. Ahora que ya no hay nada de ésto en juego, tampoco debería haber motivos para ocultar la verdad histórica con este tipo de leyendas.
Pues bien, como anteayer me comentaron quienes han tenido más paciencia que yo a la hora de leer con mayor detenimiento el texto del panel municipal, me han hecho ver que el Ayuntamiento de Fitero hace 3 años dejó mudo al Santo. Me refiero a que ni siquiera acertaron a poner bien el nombre del Patrón, pues en vez de citarle como Raymond o Raimundo le llamaron Raimudo.
Más les valía a las autoridades competentes en la materia cuidar los detalles e informarse mejor sobre lo que publican pues con ello va la imagen que transmitimos a los visitantes. No hay duda de que la vida e historia de San Raimundo es trascendental para conocer la historia de Fitero y, por ello, merece ser contada mejor y de paso que corrigen el texto del panel, que al Patron de Fitero le llamen por su nombre y no por otro. Así como no estaría nada mal que también se decidieran a restaurar su estatua pues ya hace más de un lustro que al Santo le rompieron la cara y el Ayuntamiento sigue sin preocuparse por arreglársela. Es agotador ser testigo de tanta desidia.

jueves, 18 de agosto de 2011

Chalets con protección, unos sí y otros no

Entre los inmuebles protegidos por el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, de 2005, se encuentra el de la Parcela 262 de la Calle Mayor.
Unos metros más arriba, en la misma calle y lindante con este chalet, existe otro muy parecido que está deshabitado y que va camino de que su estado se declare en ruinas. Este último no está protegido, mientras que el habitado y mantenido por sus propietarios sí lo está.
En el ayuntamiento no saben explicar los criterios, si es que tienen o tuvieron algunos para decidir qué inmuebles debían calificarse como protegidos y cuales no. Forma parte de su forma surrealista de gestionar la Administración Pública.
Supongo que cuando contrataron la realización del citado plan, los consultores que cobraron por ello, les dirían a los que entonces estaban a cargo del gobierno municipal que, aplicando la Ley, deberían clasificarse con un determinado nivel de protección (Integral, Estructural o Ambiental), aquellos inmuebles que así lo requirieran, pasando a formar parte del Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de Fitero, y parece como si alguien hubiera cogido un mapa de las calles de Fitero y jugado a ver dónde caían los dados unas cuantas veces, las suficientes para tener poco más de una docena de inmuebles con los que rellenar esa parte del informe y así pasar a la siguiente. Si luego, tales clasificaciones implican unos compromisos y actuaciones para mantener, conservar y, sobre todo, mejorar su estado y sacarle partido y ponerlo a disposición de su explotación turística, que a ellos no les pregunten pues de eso ni saben ni les interesa, como les ocurre con casi todo lo relacionado con el Patrimonio Cultural de la Villa, por mucho que hasta haya leyes forales que digan cómo debe tratarse. La Ley del Patrimonio Cultural de Navarra es de 2005 y antes no existía, cuando se hizo el Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, por ejemplo, pero desde que la hay, ¿por qué no se cumple y se cataloga y gestiona de acuerdo a ella lo que de valor cultural hay en Fitero?

lunes, 15 de agosto de 2011

La leyenda del nombre de la Virgen de la Barda

Manuel García Sesma también publicó, cuestionando la falta de rigor histórico de su autor, el presbítero Bonifacio García Morales, la leyenda acerca de que el título de Virgen de la Barda proviene de que, habiendo sido puesta la imagen en un lugar secreto, con motivo de las guerras que se hicieron mutuamente, en el segundo tercio del siglo XIV, los Reyes de Castilla, Navarra y Aragón, andando los años, una barda, de la que empezó a salir una luz fosfórica, vino a señalar milagrosamente el sitio en donde estaba oculta. Yo no conocí esta versión sino una variante que cambiaba el motivo de las guerras fronterizas que asolaron el monasterio cisterciense de Fitero, desde mediados del siglo XII hasta 1512, incluyendo su incorporación y la de su castillo de Tudején al reino de Navarra, en 1374, por la de que, en un momento indeterminado pero no mucho después de que San Raimundo hubiera traído de Toledo la supuesta imagen de la Virgen de los Remedios, corrió el rumor de que los moros iban a regresar por aquí y que la iban a  destruir. Así se unía ésta con la otra leyenda acerca de  cómo llegó la imagen a Fitero, añadiendo que para evitar este desastre los monjes decidieron esconderla en el campo. Pasó el tiempo y como aquellos sarracenos no habían venido y los que ayudaron a esconder la imagen ya no se acordaban de dónde la habían enterrado, no hubo manera de encontrarla. Hasta que, por fin, alguien se percató de que había un bardal que daba moras y que no tenía espinas, de modo que cavando allí la encontraron y después repusieron a la Virgen de la Barda, ya así renombrada, en su altar así como conservaron el bardal en el Huerto de los Curas, actual Plaza de los Ábsides, para memoria de tan milagroso hallazgo y regocijo de los fiteranos.
Ya a finales del siglo XIX, el fiterano Saturnino Sagasti Urriza, que había sido Secretario del Ayuntamiento de Fitero durante poco más de medio siglo, recogió estas leyendas y acerca de la del nombre de la Virgen de la Barda escribió que en el 1416 perdió Nuestra Señora el primitivo nombre a causa de que el pueblo principió a llamarla Nuestra Señora de la Barda, de resultas de haberse introducido una zarza del Olivar por una de las vidrieras de su altar, y como vulgarmente a la zarza se le llama barda, se ha quedado esta Divina Señora con el nombre de la Virgen de la Barda y se ha olvidado el de Nuestra Señora de los Remedios que era como los señores Reyes de Castilla, Navarra y demás personas la llamaban. Supongo que lo hizo con la intención de arrojar algo de luz para aquellos fiteranos con algo de criterio e interesados por conocer su Historia pero basándose en hechos y sin necesidad de que los aderezaran con este tipo de contribuciones legendarias, como se había hecho hacía poco años, en el fantástico y conmovedor sermón que, el 10 de septiembre de 1882 y de buena fe, dictó el presbítero Bonifacio García, que según Ricardo Fernández Gracia, podría tratarse del que entonces era capellán del Hospital Militar de Pamplona, y que fue el que consolidó en la tradición popular estas míticas leyendas fiteranas.
Aunque la explicación de Saturnino Sagasti parece más razonable y menos fantasiosa que la de la citada leyenda, tampoco parece tener base alguna pues en 1416 no existía pueblo alguno en Fitero, donde sólo vivían los monjes cistercienses, y aunque éstos albergaban en su Cortijo algunos seglares, cuesta creer que éstos tuvieran acceso al interior del templo y mucho menos a la capilla central de la girola, donde se supone que entonces estaba expuesta la imagen de la Virgen. Quizá, si la propuesta de Saturnino Sagasti fue el origen del nombre de la actual Patrona de la Villa, cabría pensar que el bardal entró por la vidriera de la que fue la primera iglesia parroquial de Fitero, la actual capilla del Cristo de la Columna, donde antes que éste estuvo ubicada la imagen de la Virgen, desde principios del siglo XVII, y siendo esta capilla a la única que hasta la desamortización de 1835 tuvo acceso el pueblo de Fitero. Tal como recordaba Manuel García, citando los versos del cantar popular que databa de finales del siglo XIX y que dijo que le enseñó Juana Jiménez de Alfaro: En la iglesia de Fitero, / entrando, a mano derecha, / hay un altar muy bonito, / con una hermosa Princesa.
De hecho, por la ventana de esa capilla, que da al barrio del Cortijo, todavía puede colarse con facilidad en el interior del templo no sólo un bardal con espinas o sin ellas, con lo que esto último pudo impresionar entonces a los vecinos de Fitero, sino una persona y cuesta creer que ni la Parroquia, ni el Ayuntamiento de Fitero o la institución Príncipe de Viana se hayan decidido aún a tapar el tremendo hueco causado por la falta de varios sillares de su base. Ojalá pronto reparen este desperfecto que, además, afecta a la seguridad de una de los templos clasificados como una de las 10 Maravillas de Navarra. Por cierto, tampoco estaría mal que si se explican estas leyendas a los turistas que la visitan, se haga correctamente, esto es, poniéndolas en su contexto histórico y, sobre todo, de una en una y no mezclándolas todas en un batiburrillo como ahora parece estar de moda entre los funcionarios municipales que a ello le dedican parte de su tiempo.

domingo, 14 de agosto de 2011

El bardal sin espinas de Fitero

El bardal, la barda o zarzamora, cuyo género botánico recibe el nombre de Rubus, es una planta de la familia de las rosáceas. Se caracteriza por ser leñosa, con tallos flexibles llenos de espinas, como sus lobuladas hojas, cuya nervadura también está cubierta de espinas y, además, por tratarse de una planta invasora se suele o solía colocar como complemento a los vallados. De ahí que se haya generalizado su nombre y también se llame barda a las tapias que circundan una propiedad.
Las pequeñas flores de la barda son blancas o rosadas y, en cualquier caso, se agrupan en racimos que aparecen en los extremos de sus tallos como antecedente de sus frutos, las moras, que son grupos de numerosas drupas unidas entre sí y que primero son de color verdes luego rojas y, cuando completan su madurez, pasan a ser de un color morado tan oscuro que casi parecen negras. De ahí su nombre pues procede del latín Maurus, que significa negro o,  mejor dicho, oscuro o moreno, palabra ésta que comparte su origen con la de mora y moro.
En Fitero, cuya Patrona es la Virgen de la Barda o del bardal, desde 1785, tanto en el huerto que hay en el interior del claustro del antiguo monasterio cisterciense como en alguno de los huertos que pertenecieron a éste, como por ejemplo, el que hubo en la  actual Plaza de los Ábsides, en cuyos restos todavía se da una variedad de bardal que carece de espinas y que, por tanto, no es una planta silvestre sino que, en realidad, se trata de una especie modificada genéticamente por medio de la selección de las plantas cultivadas, para facilitar la explotación de sus frutos.
Lo más seguro es que fuera importada por los monjes cistercienses para sus jardines o que alguno de estos frailes fuera jardinero y se dedicase a cultivar variedades que acabaron dando ésta que no tiene espinas. Aunque como la variedad sin espinas, por mucho que así lo crean algunos, no sólo se da en Fitero sino también en muchas otras partes del mundo, vamos que no es sólo autóctona de Fitero, lo más probable es que esta variedad que hubo en el antiguo monasterio fuera importada por los monjes.

sábado, 13 de agosto de 2011

Las fiestas de agosto, diciembre y ahora de septiembre

La villa de Fitero surgió en 1482, al amparo del antiguo monasterio cisterciense que le dio su nombre a su Villa, de ahí que sea normal el que los vecinos adoptaran las celebraciones festivas que conmemoraban los monjes y que tuvieran por Patrona oficial a la Inmaculada de la Concepción que, como publicó Ricardo Fernández Gracia en su libro sobre la Virgen de la Barda, inspirado y fiel en casi todo a lo publicado con anterioridad por Manuel García Sesma, quien ya había publicado varias décadas antes que la primera Patrona que tuvo el pueblo fue la Purísima Concepciónadoptada como tal por los monjes y el ayuntamiento de la Villa, el 19 de agosto de 1643. Se acordó que su fiesta se celebrara el 8 de diciembre, con misa solemne y procesión, como la del Corpus [que era la fiesta mayor del pueblo y que se celebraba con gran pompa litúrgica, y en el terreno profano, con comedias y corridas de toros]. A la sazón, era Presidente del Monasterio, por sede vacante, el distinguido historiador Fr. Jerónimo de Álava, añadiendo que, de ese modo, el municipio y el monasterio llegaron a un acuerdo para la celebración de su día, junto al de San Bernardo, para la reducción de los días feriados. Por eso hay una escultura de la Inmaculada Concepción presidiendo el retablo mayor que en el presbiterio desde entonces.
Manuel García también había publicado que la adopción de la Virgen de la Barda como Patrona -de hecho, aunque no nominalmente- no ocurrió hasta 1785. En efecto, en el folio 50 del Libro de Acuerdos de la Villa de Fitero, desde el año 1782 a 1801, que se conserva en el Archivo Municipal, puede leerse el auto del Ayuntamiento del 15 de mayo de dicho año, en el que se dice textualmente que "a causa de experimentarse de mucho tiempo aquí, en todos los habitadores de este pueblo, una devoción suma a la Madre de Dios de la Barda, venerada en el altar de la parroquia y que así aquéllos particularmente, como la Villa por el común, siempre recurren a rogar su amparo y protección, para el divino auxilio en todas sus necesidades, por cuyo amparo se han reconocido singulares beneficios; deseando hacer demostraciones de gratitud, resuelven se haya de celebrar una festividad en el mismo día domingo del Dulce Nombre de María del mes de septiembre de cada año, a perpetuo, con misa solemne, sermón, vísperas y completas colemnes y procesión general". Añadiendo que se habrá observado que, en el citado acuerdo del Ayuntamiento, se habla de celebrar la festividad de Nuestra Patrona con misa solemne, sermón, vísperas y completas solemnes y procesión general; pero no se hace ninguna referencia a su Novena. Cierto es que la Novena es siempre anterior a la fiesta, y por tanto, no había por qué nombrarla, concluyendo con la noticia de que su texto, y los Gozos de la misma que se cantan desde hace más de un siglo son posteriores a la extinción del convento, es decir, a 1835, y se deben a Fr. Raimundo Carrillo Jiménez, natural de Fitero y datando su primera edición del año 1849, como publicó Ricardo Fernández. Quién, además, completó esta información con los detalles acerca de cómo se produjo la transición de una a otra Patrona de Fitero, a lo largo del siglo XIX, coexistiendo ambas durante un tiempo, la de la Villa, heredada de los monjes, y la Virgen de la Barda, promocionada por el pueblo de Fitero tras la marcha de los monjes hasta que, finalmente fue la que se impuso a principios del siglo XX, tal y como aún se celebra, quedando la Inmaculada Concepción relegada a una festividad más del calendario religioso que, por cierto, se celebra en toda España. Recordemos que fue en 1918 cuando se trasladó la imagen de la Virgen de la Barda al Camarín, construido entonces por suscripción popular a propuesta del obispo fiterano Miguel de los Santos Díaz y Gómara, en la que hasta entonces había sido la capilla del Cristo de la Guía y panteón del último abad perpetuo del monasterio, Fr, Plácido del Corral y Guzmán.
Últimamente hay quienes vuelven a plantear otra vez pues no es la primera que se hace en el último cuarto de siglo, al menos, que las fiestas populares pasen a celebrarse en agosto, mes al que ya se trasladaron también las Fiestas de la Juventud. Quizá sea ahora el momento de mantener la celebración de las fiestas de la Virgen de la Barda, ciñéndolas sólo al fin de semana correspondiente de septiembre, junto con su popular Novena, por supuesto, y replantearse seriamente cómo y cuándo se podrían aprovechar mejor los días de agosto en los que acompaña el buen tiempo, retornan a la Villa buen número de fiteranos y familiares ausentes durante el resto del año, así como se constata uan gran afluencia de turistas que vienen a visitar el antiguo monasterio de Fitero y a disfrutar del paisaje y la gastronomía, además de contar con el atractivo que suponen los Baños de Fitero, aunque éstos ya están disponibles durante casi todo el año.

viernes, 12 de agosto de 2011

El Tamarigal

El Tamarigal debe ser uno de los bosques salvajes más antiguos de Fitero pues ya figura como tal a principios del siglo XVII, ocupando toda la margen izquierda del río Alhama desde la Presa de los Baños, esto es, desde las actuales instalaciones de Baños de Fitero que hay en el límite con la Venta del Baño (Cervera del Río Alhama) hasta el término fiterano del Paguillo, y es posible que lleve ahí miles de años. Aunque parece que este arbolillo que no alcanza los 10 m. de altura, monoico y caducifolio, que suele tener varios tallos retorcidos que surgen desde la base y forman una copa abierta, puede que no sea autóctono pues la denominación latina de esta especie botánica es Tamarix Gallica, esto es Tamariz de la antigua Galia y es probable que fueran los romanos quienes aquí lo trajeran a principios del siglo II a. C., con objeto de disponer de abundante y flexible material constructivo para las acequias, presas e incluso para las viviendas. Eso si es que no lo trajeron antes los celtas que aquí fueron llegando en su largo peregrinar a través de Europa.
Actualmente su extensión es más reducida ya que últimamente se han venido cultivando los terrenos situados entre el Paguillo y los que hay a la altura del lugar en el que se encontraba el restaurante El Hortal, en el que tan bien se disfrutaba de los magníficos platos que preparaba Tomás López hasta que cerró el mes pasado. Lugar en cuyas cercanías también está ubicada la Estación de Bombeo de Aguas Residuales para conducir las que se generan en Baños de Fitero hasta el sistema de alcantarillado de la Villa. Si bien esta instalación pública está en un lugar discreto y funcionando desde hace casi un lustro, cuando uno se acerca al tamarigal y se aproxima a sus cercanías le delata el ruido de sus motores y, si a alguien se le ocurre ir a ver de dónde procede éste, será recompensado con el mal olor que también desprende esta instalación y que hace que sea innecesario subir la cuesta para leer el correspondiente cartel explicativo.
Ojalá pronto completen y enlacen los dos tramos del camino peatonal que unen los casi 4 kms. que hay entre Fitero y Baños de Fitero y que al hacerlo, ya que pasará precisamente junto al tamarigal, lo dejen todo en tan buenas condiciones como para que los bañistas, los turistas en general y también los fiteranos disfruten o disfrutemos de este camino, de la ribera del río Alhama y, en general, del Patrimonio Medioambiental que nos ofrece la Naturaleza.

jueves, 11 de agosto de 2011

Pedro Tizón, caballero templario y benefactor de Fitero

Se desconoce su origen, tan sólo se sabe que entre 1124 y los primeros meses de 1134 fue uno de los principales caballeros en la corte de Alfonso Sánchez I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona, disfrutando de las tenencias navarras de Marañón, Estella y Aibar. Por estas fechas Pedro Tizón debió enemistarse con su rey y, aunque le había acompañado en buen número de batallas y hasta había participado en el infructuoso asedio de la plaza musulmana de Fraga (Huesca), parece que entonces fue uno de los nobles que se sublevaron quizá porque no estaban de acuerdo en que el reino lo fuesen a heredar las Órdenes Militares: Templarios, Hospitalarios y del Santo Sepulcro.
Desde que en 1128 el rey de Aragón y Pamplona decidiera reforzar sus posiciones en la Extremadura Soriana, ante un posible ataque de los vecinos de Castilla y León, Pedro Tizón también fue tenente de Cervera del Río Alhama y Monteagudo. Allí debieron llegarle las noticias de la inesperada muerte de Alfonso I, decidiendo entonces decantarse por el candidato a la Corona de Aragón y Pamplona, Ramiro Sánchez II el Monje, frente a la de García Ramíez IV el Restaurador, lo que ocasionó que aquél le beneficiara con la tenencia de Valtierra. Aunque la perdiera unos meses después, como consecuencia del Pacto de Vadoluengo (despoblado de Sangüesa), ratificado por ambos candidatos en los primeros días de Enero de 1135, cuando García IV pasó a ser el rey del recién restaurado reino de Pamplona bajo el dominio de Ramiro II de Aragón y Pamplona, y a pesar de que éste le compensó con la tenencia de Pedrola (Zaragoza), Pedro Tizón decidió pasar al servicio de García IV, a cuyo servicio estuvo durante el resto de su reinado y con quien también disfrutó de las tenencias de Cadreita y Caparroso. Tras la muerte de éste, Pedro Tizón, que ya era cofrade templario, profesó en Junio de 1154 como caballero templario en la encomienda que esta Órden Militar tenía en Novillas (Zaragoza), en la que después fue Maestro durante varios años, antes de acabar sus días como simple caballero templario poco después de Mayo de 1169.
Pedro Tizón se casó dos veces, una con Sancha, de la que parece que no tuvo descendencia, y otra con Toda, con la que al menos tuvo una hija y también a Jimeno Pérez, el que se casó con Eva de Finojosa y fue padre del arzobispo de Toledo y gran benefactor del Monasterio de Fitero: Rodrigo Ximénez de Rada. Por su parte, el propio Pedro Tizón junto a Toda también fueron benefactores de Fitero pues cuando la comunidad cisterciense dirigida por San Raimundo de Fitero aún estaba en su sede provisional de Niencebas (despoblado de Alfaro) y llevaba allí sólo unos cuantos meses, le donaron a éste una importante heredad que tenían en esta recién desierta villa, en 1141.
La tradición cisterciense de Fitero quiso vincular el sepulcro del siglo XIV que hay en el presbiterio de la Iglesia del antiguo monasterio con Rodrigo Ximénez de Rada, haciendo creer que éste quería haber sido enterrado allí en 1247,  pocos días antes de que se consagrase la iglesia del segundo monasterio cisterciense y hoy Parroquia de Fitero, en vez de en el Monasterio de Huerta (Soria), que es donde reposan sus restos, de acuerdo con su voluntad. Fracasado este intento de vincular el monasterio con sus benefactores, también propagaron los monjes la noticia de que en el interior de dicho sepulcro se encontraba una arqueta antigua con los restos del nieto de éste, Pedro Tizón, que, por cierto, no sabemos si fue así pero sí que no fue conde y que tampoco vivió en el Cortijo de Fitero.

La antigua posada y parada de diligencias

Otro de los inmuebles acogidos a la Protección Medioambiental que recoge el actual Plan Municipal de Urbanismo de Fitero es el de la Parcela 2988 de la Calle Mayor.
En la bonita fachada de este inmueble y casi en el centro de ella, en medio de la cerrada curva con la que acaba dicha calle y comienza la Calle Lejalde, ahora puede verse la moderna puerta de la cochera que reemplazó al antiguo portalón de madera que daba acceso, como entrada y también como única salida, a quienes entraban o salían de la otrora plaza pública.
En esta plaza se encontraban ubicadas la antigua posada y también la parada de diligencias, cuando éstas eran el principal medio de transporte público que llegaba a la Villa y también durante el pasado siglo, una vez que las diligencias fueron reemplazadas por los autobuses. Dicho portalón, según lo recuerdo a finales del pasado siglo, casi siempre estaba abierto o entreabierto, al menos durante el día, ya que creo que lo habitual era cerrarlo por la noche.
Curiosamente y a pesar de que hace más de una década que es un inmueble privado, desde que el Ayuntamiento de Fitero llegara a un acuerdo con sus actuales propietarios y éstos lo reconvirtieran en un patio privado, parece que las autoridades municipales decidieron mantener vivo el recuerdo del interesante pasado que guarda este inmueble al incluirlo entre los protegidos por el citado plan. Sin duda se trata de un inmueble más que sugestivo, aunque cabe la duda de hasta qué punto sólo está protegida la fachada del edificio y se ha podido perder la posibilidad de recuperar el relato de su historia, para hacer con ella un poco más atractiva la visita de quienes puedan acercarse a conocer mejor y también a disfrutar con los fiteranos del rico Patrimonio Histórico que afortunadamente se puede decir que hay en Fitero.

sábado, 6 de agosto de 2011

La casa donde pasó su infancia el Beato Palafox

El Beato Juan de Palafox nació un 24 de junio del año 1600, en el establecimiento más antiguo de Baños de Fitero que, desde 1973 y como recuerdo de este acontecimiento, se denomina Virrey Palafox. La habitación en la que vio la luz este insigne fiterano estaba ubicada en el primer piso del balneario, junto a la capilla antigua y debió desaparecer en las obras de ampliación de ésta, llevadas a cabo en 1968. De modo que sólo queda su recuerdo y la cercana y reconstruida Ermita de la Soledad, ubicada en la Peña del Baño y en la que parece ser que Juan de Palafox pasó sus primeras horas de vida sólo y abandonado.
Manuel García Sesma recogió en su Poemario Fiterano, publicado en 1969, noticias relativas a los 9 años que Juan de Palafox pasó en la Villa, así como que según una antigua tradición, Palafox vivió con sus padres adoptivos, en la casa nº. 33 de la calle de En Medio, actualmente de Palafox, como lo recordaba una pequeña lápida de marmol, colocada en su fachada y descubierta solemnemente el 10 de septiembre de 1960. Dicha casa fue derribada en 1967, a causa de su estado ruinoso y, en su solar, se levantó otro edificio, que ostenta una lápida análoga. Lo más probable es que la placa original fuera colocada como consecuencia de la celebración, en 1959, del tercer centenario de la muerte de Juan de Palafox en El Burgo de Osma, y que fuera entonces cuando la Calle de En Medio fuera renombrada como Calle Palafox o Venerable Palafox.
Sin embargo, con motivo de los actos de preparación del cuarto centenario del nacimiento de Juan de Palafox en Baños de Fitero, Ricardo Fernández Gracia publicó un trabajo acerca de la infancia de éste en Fitero y destacó que esta familia [la de los padres adoptivos de Juan de Palafox: Pedro Navarro, sastre y encargado de los Baños termales del monasterio, y Ana San Juan, y los hijos de ambos] no vivía en la calle del Medio, actual Palafox, tal y como repite la tradición local, sino en el Cortijo. La confusión tiene su origen en el hecho comprobado de que los últimos miembros de la familia trasladaron, en pleno siglo XVII, su vivienda a la calle del Medio y cuando quisieron rememorar y buscar las raíces palafoxianas de Fitero, por motivos obvios, había desaparecido la huella de la primera mansión de los Navarro-San Juan. Es posible que esta explicación sea la causa por la que el citado inmueble de la Calle Palafox no figure entre los recogidos en el Plan Municipal de Urbanismo de Fitero con derecho a Protección Medioambiental o quizá por ello y también porque el edificio fue reconstruido completamente hace casi medio siglo.
No obstante, dado que el pasado 5 de junio, Juan de Palafox dejó de ser Venerable para ser Beato y que, el 27 de junio, José María García Lahiguera también ha pasado a ser Venerable, no estaría mal que el Ayuntamiento de Fitero, interesado como está en recordar la memoria de éstos y otros ilustres fiteranos, actualizara los nombres de las calles a ellos dedicadas pues no todos los años se producen unos cambios tan importantes para la Historia de Fitero. Ya puestos, tampoco estaría mal que moviera de sitio alguna que otra señal que hay en la Calle Palafox y que casi tapa la citada placa conmemorativa así como la propia placa que registra el nombre de la calle.

jueves, 4 de agosto de 2011

La casa donde nació el Venerable García Lahiguera

El pasado 27 de junio, el Papa Benedicto XVI recibió al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y autorizó la promulgación de varios decretos de este dicasterio. Entre ellos se encontraba el decreto de reconocimiento de las virtudes heroicas de José María García Lahiguera, que había nacido el 9 de marzo de 1903 en Fitero. Cuyo centenario celebró el Ayuntamiento de Fitero, colocando una placa conmemorativa en el monumento de la Cruz de la Atalaya que este insigne fiterano inauguró y bendijo en septiembre de 1973, justo el año en que también se cumplían 30 años de este acontecimiento.
José María García fue sacerdote diocesano en Madrid, llegando a ser obispo titular de Zela y obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, antes de ser obispo de Huelva y arzobispo de Valencia. Falleció el 12 de julio de 1989 en Madrid y fue el fundador, junto a María del Carmen Hidalgo de Caviedes, de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, erigida de Derecho Pontificio el 24 de enero de 1967 y cuyo carisma es orar por la santificación de los sacerdotes.
Afortunadamente, el vigente Plan Municipal de Urbanismo de la Villa recoge entre los inmuebles acogidos a Protección Medioambiental el de la Parcela 1032 de la Calle Mayor, que fue el domicilio de los padre del Venerable García Lahiguera y donde éste nació, tal como lo recuerda la placa que el Ayuntamiento de Fitero puso en la fachada, el 17 de septiembre de 1989. Por lo que, si antes ya tenía sentido proteger este edificio, ahora con más motivo debería protegerse y conservarse.

martes, 2 de agosto de 2011

Un bonito inmueble desprotegido que ya ha desaparecido

A pesar de que sólo se conservaba intacta la mitad superior, debía ser una de las fachadas más antiguas y más bonitas de la Villa. Las ventanas del mirador de esta casa del Barrio Bajo, aunque tapiados sus vanos, estaban intactas y eran similares a otras, de miradores de fachadas de los siglos XVII o XVIII, que se pueden encontrar en la parte vieja de Tudela, por ejemplo. Lástima que la parte del piso principal y de la cochera o bajera hubiese sido remozada y cubierta con cemento. Ojalá alguien se hubiera preocupado también por la estética además de por su funcionalidad.
No debió ser la única fachada de este estilo que hubo en Fitero pues abundaban o se puede decir incluso que todavía abundan en algunas localidades de la Ribera y de las Comunidades Autónomas limítrofes de La Rioja y de Aragón, pero ya no queda ninguna como ésta en la Villa.
A diferencia de otros inmuebles fiteranos que están bajo la Protección Medioambiental, de acuerdo al vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, éste carecía de cualquier tipo de protección. Primero derribaron completamente su interior y parecía que, al conservarse la fachada, alguien sensible al Patrimonio Arquitectónico de Fitero había decidido salvarla. Pero no fue así, tan sólo faltó algo de tiempo para que también la derribaran hace algunos años y, en su lugar, nos dejaran un abandonado solar en el que no parece que vayan a edificar nada en los próximos meses. Cuando lo hagan, no sé si alguien se preocupará de que contribuya a que el Barrio Bajo tenga un aspecto atractivo para los turistas. Pero, aunque tengamos suerte que no planificación y así sea, no sé si conseguirán lograr algo tan bello como podría haber quedado este antiguo barrio de la Villa si se hubiera restaurado completamente esta bella fachada.

lunes, 1 de agosto de 2011

Y otro inmueble absurdamente protegido

Lo más seguro es que el edificio en el que estuvo el Bar Susi tuviera en su ático el típico mirador con ventanas curvadas hechas de ladrillo visto, cuya parte superior formaba un arco de medio punto. Este tipo de fachadas con ático aún es característico de buen número de edificios que se conservan en la Ribera de Navarra y en otros lugares de las Comunidades Autónomas limítrofes a ésta, desde los siglos XVII y XVIII. Fuese por este motivo o por otro diferente, el caso es que las obras realizadas en este inmueble de la Parcela 2596 de la Calle Mayor, protegido por el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, lo han dejado en un estado diferente al que debía tener cuando llamó la atención de las autoridades municipales que decidieron dotarle de una Protección Medioambiental.
Se podría decir que ahora es otro monumento más a la tradicional desidia por el cuidado, conservación y promoción del Patrimonio Histórico de Fitero. Ojalá las autoridades municipales se decidan a revisar el catálogo de inmuebles que forman el Patrimonio Arquitectónico de la Villa y decidan si éste y otros inmuebles protegidos deben seguir figurando en él, así como si otros con mejores valores y que actualmente están desasistidos y casi olvidados, pasen a figurar entre los catalogados y, lo que es más importante, a formar parte de un Plan Director que los incorpore a la estrategia para hacer de Fitero un lugar con mayor interés turístico y potencial para el progreso de la los fiteranos.