domingo, 29 de enero de 2012

El meteorito que cayó en Fitero

El 24 Julio de 1788, se publicó en el Diario de Madrid la noticia recogida por el astrónomo cisterciense Gregorio Larrea acerca de la caída de un meteorito a las 20:45, del 21 de Mayo de ese año, que describió diciendo que soplaba un viento manso de Oeste, el aire estaba despejado de nubes, la noche serena y clara a proporción del reflejo de luz que despedía la luna después de una noche de plenilunio. Vióse a este tiempo correr una exhalación, que parecía realmente dirigir su curso por encima de la extremidad oriental de este Monasterio y Pueblo de Fitero a altura (según parecía) de 200 pies, la cual se disminuía a proporción que la exhalación declinaba hacia la Tierra.
El principio de este cuerpo tan sumamente luminoso era esférico, y su circunferencia poco menos a nuestra vista que la que presenta la luna al salir. Seguía una especie de cola, al parecer de más de dos o tres varas, toda ella de una luz tan viva, que de todo el meteorito salía unas ráfagas de fuego muy encendido que despedía muchas chispas, las cuales parecían caer sobre la Tierra. El resplandor provenido de este monstruo aéreo fue tan grande, que dejó enteramente ofuscada la luz que comunicaba la luna, que se hallaba en los 26 grados del signo de Escorpión. A los cinco o seis minutos de haber pasado por este cielo, sintióse un olor semejante al que deja el plomo al derretirse. La Atmósfera conservó siempre la misma serenidad. La dirección del meteoro fue de Noreste a Suroeste y el viento que reinaba era el septentrional. Se mudó al otro día en levante, y prosiguió algunos días, dándonos saludables aguas, que han asegurado la cosecha de granos, en este Reino, pues antes de suceder lo sobrereferido, se hacían rogativas, implorando al todo Poderoso remediara la necesidad que padecían los campos.
Lástima que el astrónomo Gregorio Larrea no diera más noticias del lugar concreto de Fitero en el que cayó este meteorito, ni tampoco de si se pudo recuperar algo de sus restos, aunque por su relato bien pudo desintegrarse en fragmentos irreconocibles antes de su impacto definitivo en el solar fiterano. Porque así se podría comparar con el que, en la Nochebuena de 1858, cayó en la murciana localidad de Molina de Segura y que se considera el mayor que ha caído en la península Ibérica. No obstante, ahí queda esta curiosa noticia para que figure en los anales de la Historia de Fitero pues no todos los días se produce un caso como éste.

sábado, 28 de enero de 2012

Auroras Boreales y Cometas avistados en Fitero

En el siglo XVIII se registraron unas 80 auroras boreales en unas latitudes tan bajas como las de la península Ibérica o en las de otros países de la costa Norte del Mediterráneo. Hay constancia de que en Fitero disfrutaron de su belleza en cuatro ocasiones, durante los días 13 de Mayo, 13 de Julio y de 13 de Octubre de 1787, así como el 18 de Febrero de 1788.
Las de 1787 también se vieron en Madrid, Barcelona y cerca de una veintena más de localidades entre las que se encontraba la villa de Fitero, lugar en el que tanto éstas como la de 1788 fueron registradas por el cisterciense Gregorio Larrea, del Monasterio de Fitero. Concretamente, este monje que era muy aficionado a la astronomía describió la del 13 de Octubre de 1787 diciendo que puesto el Sol apareció por la parte de poniente un fenómeno de color muy encendido, con movimiento hacia Levante; donde permaneció con un cuerpo muy considerable hasta las 10 y media de la noche. A esta hora se extinguió repentina y enteramente, avistándose en el ocaso cuatro columnas de luz de color rojizo y de mucha extensión, dirigiéndose también hacia Levante. Sus extremidades alcanzaban desde el Septentrión hasta la parte del austro, y al cruzar por delante de las estrellas del Norte horologial y demás vecinas, desmerecieron éstas la luz algún tanto, por espacio de 4 minutos y medio. Permaneció siempre la aurora boreal con suma claridad desde la noche del 13, hasta que empezaron los crepúsculos del día 14; habiendo sido su mayor claridad a las dos y cuarto después de media noche.
Gregorio Larrea, dedicado al estudio de la Astronomía y al estudio de la Atmósfera desde 1784, reconoció que se descubría en el Hemisferio un Cometa de magnitud, y a la simple vista, de alguna consideración y de muy brillante y hermoso resplandor, que apareció el 23 de febrero del año indicado [1787], el cual se había dejado ver bajo la influencia de Tauro: Su ascensión recta fue de 58 grados, 12 minutos y 30 segundos, y la declinación boreal o del Norte, de 19 grados y 26 minutos. Hallóse aquel Cometa en las Pléyades, a 20 grados, 50 minutos, 2 segundos, que venía a ser sobre la cabeza de Tauro. Se ocultó en el mes de octubre a las 8 y 21 minutos, a cuya hora apareció por el Levante el planeta Mercurio en el signo de Géminis, a los 20 grados, 57 minutos y 29 segundos. En Febrero de 1788 también publicó noticias acerca del avistamiento de otros dos Cometas, convirtiéndose en uno de los astrónomos más destacados de su época en España.

sábado, 21 de enero de 2012

Guy de Boulogne y la incorporación de Fitero a Navarra

Tras la muerte sin descendencia del último rey de Pamplona y Aragón, Alfonso Sánchez I el Batallador, en Septiembre de 1134, sus dominios se dividieron entre los dos antiguos reinos que lo formaban, ampliándose los territorios de ambos al sur del Ebro con los territorios que éste había reconquistado a los musulmanes, desde Diciembre de 1118 y entre los que se encontraba el valle del Alhama. La restauración de los reinos de Pamplona y Aragón tuvo lugar bajo el vasallaje que sus nuevos gobernantes rindieron al que se convirtió en el emperador de España, Alfonso Raimúndez VII el Emperador, desde Mayo de 1135, y su frontera común se estableció en el valle del Alhama, estableciéndose el hito o mojón de los tres reinos en lo que hoy es Fitero y que entonces era un término de la villa castellana de Tudején (despoblado de Fitero) colindante con los de Cintruénigo, por parte pamplonesa, y con los de la ciudad aragonesa de Tarazona.
En 1140, Alfonso VII hizo venir a Raymond de Saint Gaudens desde el otro lado de los Pirineos para que fundara en dicho valle, en la ya entonces villa desierta de Niencebas (Bienzobas, despoblado que hubo entre los actuales términos corellanos de Morterete y los alfareños de la Fuente de los Cantares), el que acabaría siendo el primer monasterio cisterciense que se fundó en la península Ibérica.
En 1152, el primer abad de este monasterio trasladó su cenobio a su definitiva ubicación fiterana, en la castellana villa de Tudején, lo que le procuró el sobrenombre de San Raimundo de Fitero, por encontrarse el monasterio en la mismísima frontera o hito entre los tres reinos. Cinco años después, Alfonso VII le donó a San Raimundo el señorío de la villa de Tudején, aunque ésta acabó despoblándose a principios del siglo XIII y el monasterio de Fitero quedó sólo, vigilando esta frontera castellana desde su estratégico y famoso castillo de Tudején. Por lo que, desde principios del siglo XIV, el reino de Navarra intentó apropiarse del extenso territorio del monasterio castellano de Fitero, dando lugar a diversos conflictos, como el de la famosa batalla de Tudela, de 1335, que desembocaron en un largo pleito.
El 3 de Octubre de 1373, el cardenal y legado papal Guy de Boulogne, que en marzo había sido designado como árbitro para dirimir éste y otros conflictos entre los reinos de Castilla y Navarra, sentenció torticeramente que Fitero (cuya villa no vería la luz hasta 1482) pertenecía a este último. Los castellanos recurrieron la injusta sentencia hasta que, cinco meses después de la muerte de Guy de Boulogne y una vez admitida la Sentencia por ambos Reyes quiso D. Carlos [II el Malo] de Navarra tomar posesión de lo que era suyo y para ello otorgó un despacho o Cédula Real (su fecha: Olite a 28 de Abril de 1374) por la cual mandaba a Mosén Rodrigo [de Uriz], duque y señor de Luesia, D. Pedro Álvarez de Rada, alcalde de Tudela, que en su nombre tomasen posesión del Monasterio de Fitero y su Castillo de Tudején, y recibiesen juramento de vasallaje y homenaje del Abad y convento, de los moradores y habitantes en el monasterio, y si fuese necesario, del alcaide que era o sería del Castillo de Tudején.

sábado, 14 de enero de 2012

Barda y el nombre de la Rosa

Poco tienen que ver la Virgen de la Barda, Patrona de Fitero, con Santa Barda, virgen y mártir, cuya festividad se celebra el 4 de Marzo. Sólo comparten el nombre y por eso mismo vale la pena recordar lo poco que se sabe de esta Barda, cuya virginal vida estaba dedicada al Señor, y que murió martirizada junto al presbítero San Daniel en 344. Ambos fueron apresados ese año, según recogió José Agustín Orsi, en el tomo VII de su Historia Eclesiásticapor orden del Prefecto de la Provincia de los Racichitas, por tres meses continuos los tuvieron en prisión, y no hubo martirio que el cruel Tirano [del Imperio Sasánida (cuyo principal territorio era el actual Irán, Irak, Armenia, Afganistán y partes de Turquía, Siria, Pakistán, el Cáucaso, Asia Central y Arabia), Sapor II el Grande] no les hiciese sufrir para cansar su paciencia y triunfar de su Fé. Muchas veces les mandó presentar a juicio y exponer a los tormentos, hasta barrenarles los pies y mantenerlos por cinco días en un estanque de agua helada; pero después que la experiencia le enseñó que la constancia de los Mártires estaba determinada a dejar antes caer a pedazos las partes de sus carnes, que de su corazón la Fé; los condenó finalmente a ser degollados, y se ejecutó la sentencia a veinte y uno de Febrero.
Barda, según señaló también José Agustín Orsi, es un nombre Caldeo que significa lo mismo que Rosa. No en vano la planta de la barda o zarzamora, cuyo género botánico recibe el nombre de Rubus, es de la familia de las rosáceas.

domingo, 8 de enero de 2012

El desconocido culto a las Ninfas en Baños de Fitero

Es curioso cómo algunas veces el desconocimiento de la geografía local, unido a una alta dosis de imaginación y de cierta desfachatez, lleva a confusiones tan graves como la de suponer que en Baños de Fitero existió un culto romano a las ninfas del que no hay ninguna noticia ni base histórica. Desafortunadamente, tal ocurrencia fue publicada hace más de una década en la prestigiosa revista Príncipe de Viana y eso está provocando que desde entonces se cite en la bibliografía académica el erróneo trabajo del cerverano José Manuel San Baldomero Ucar, titulado Las ninfas de Niencebas. Aproximación hermenéutica a la religiosidad romana del culto a las aguas en los Baños de Fitero, como referencia a un inexistente culto a las ninfas en las termas romanas de Fitero. Con el perjuicio que causa en el progreso del conocimiento de la Historia de Fitero, el vertido de información errónea o simplemente falsa como ésta.
La doble confusión en la que el autor basó su alucinante teoría consistió en suponer, por una parte, que la etimología de la antigua villa de Niencebas (despoblado de Alfaro) -en la que San Raimundo de Fitero fundó el primer asentamiento del primer monasterio cisterciense de la península Ibérica, una vez que esta villa había quedado desierta pocos años antes de 1140 y siendo también dicha villa el origen del apellido toponímico Bienzobas- procedía de Nymphae Aquae. Así como que, por otra parte, la villa de Tudején (despoblado de Fitero) al que pertenecían los Baños de Fitero, conocidos hasta 1973 como Baños de Tudején, también se despobló y, por tanto se convirtió en una villa desierta casi un siglo después de que lo hubiera hecho la de Niencebas, no era otra villa distinta de ésta sino la misma. Todo ello a pesar de que hay restos arqueológicos y documentales que ubican a una enfrente de Baños de Fitero, en la margen derecha del río Alhama, y a la otra en la falda meridional de Yerga y en la margen izquierda del Alhama, separados los núcleos urbanos de ambas por unos 7 kms. en línea recta. Nada de esto fue obstáculo para que San Baldomero identificara, quizá por arte de magia o por simple ignorancia, la villa de Tudején con la de Niencebas y que, de ahí, pasara a relacionar los Baños de Fitero o antiguos Baños de Tudején con los inexistentes Baños de Niencebas o, según él, Baños de las Ninfas del Agua.
Ojalá los historiadores y los interesados en la Historia de Fitero no sigan cayendo en el error provocado por este absurdo trabajo de San Baldomero, carente de toda base y que demuestra un gran desconocimiento de la geografía, historia y arqueología local.

miércoles, 4 de enero de 2012

La iglesia de Cornago perteneció al monasterio de Fitero

La consagración de la iglesia del segundo Monasterio de Fitero, actual iglesia parroquial de la Villa, que tuvo lugar en Junio de 1247, motivó la aparición de nuevas vocaciones monásticas, como la del señor de la cercana villa riojana de Cornago, Juan de Vidaurre, que además conllevó la integración de su iglesia y de las pertenencias de ésta entre las propiedades del antiguo Monasterio de Fitero el 26 de Abril de 1248.
La iglesia cornaguesa de Santa María de Campo Lapuente, cuyas ruinas son vibres en la margen derecha del río Linares o antiguo río de Ejea, permaneció en manos de los cistercienses fiteranos hasta que éstos se vieron forzados a venderla, junto con una casa y las heredades que tenían en Cornago, el 30 de septiembre de 1446.
El ingreso de nobles atraídos por el interés en profesar como monjes en el majestuoso y estratégico Monasterio de Fitero, planteó el problema de cómo gestionar sus propiedades desde el propio monasterio, en beneficio suyo y también de la comunidad cisterciense a la que se habían unido, sin ser menoscabados por los intereses de los familiares que quedaban en sus lugares de origen. La solución vino de la mano del Papa Inocencio IV que, el 5 de Septiembre de 1249, emitió una bula concediendo a los monjes profesos de Fitero que pudieran reclamar y conservar todos los bienes que les pudieran corresponder, por sucesión u otros títulos oficiales, exceptuando los feudales.
También es posible que, previa conversión al cristianismo, lo hiciesen algunos cautivos musulmanes que pudieron haber sido apresados en la toma de Alcacer do Sal (Alentejo, Portugal), en la que también participaron tropas navarras, y que, así, lograsen su carta de libertad, pues se conserva un documento de estas características a favor del monje fiteriense Marcelo de Murillo, escrito en árabe.

lunes, 2 de enero de 2012

Fitero I y Fitero II, dos pelotaris de remonte

Carmelo Luis Díaz, pelotari navarro, nacido en Fitero el 13 de Julio de 1907, hijo del músico y prolífico compositor fiterano Lorenzo Luis Yanguas y de Rosario Díaz Latorre. Carmelo Luis, más conocido como Fitero I, jugó en la modalidad de remonte y en 1928 fue campeón de Guizpúcoa amateur. Su actividad profesional se desarrolló entre 1929 y 1936, en las canchas de Euskal Jai de Pamplona, Urumea de San Sebastián y Jai Alai de Madrid. También actuó ocasionalmente en el Euskalduna de Bilbao y falleció con 85 años.
Su hermano Cesáreo Luis Díaz, también nacido en Fitero, el 2 de noviembre de 1912, igualmente fue jugador profesional de remonte, siendo conocido como Fitero II, destacando sus actuaciones en el Euskal Jai de Pamplona así como en algunas jornadas en los frontones Moderno y Urumea de San Sebastián; falleció con 65 años. Aunque puede que quizá ahora sea más recordado por haber fundado en Pamplona, junto a su esposa: la pamplonesa Elvira Beorlegui Lacunza, el conocido Bar Fitero de la Calle Estafeta, el 6 de julio de 1956. Según me ha comentado su hermana Angelita Luis Díaz, también nacida en nuestra Villa y muy fiterana aunque residente en San Sebastián desde hace muchos años.

domingo, 1 de enero de 2012

La Legión Cóndor en Fitero, hace 75 años

Cesáreo Oliver Monteso publicó, hace poco más de un año, un trabajo sobre la Legión Cóndor en Navarra y recogió la noticia de que la intervención de las unidades alemanas en la Guerra Civil española se inicia en el período comprendido entre el 15 de noviembre de 1936 y el 20 de marzo de 1937, siendo durante este espacio de tiempo, los desplazamientos de sus formaciones, distribuidas por diferentes frentes de batalla; Centro, Norte, Aragón y Andalucía, destacando en ello la participación de la Legión Cóndor. Desconocemos las causas o la procedencia, de dónde y cómo surgió la iniciativa en 1937, de establecer un campo de aviación en Buñuel y otro en Ablitas (Navarra). Quizás la causa fuese, a raíz del bombardeo que padeció la ciudad de Tudela el 13 de agosto de 1937, cuando tres aviones rusos Túpolev SB2 "Katiuska", de la aviación militar de la República, soltaron nueve proyectiles cerca de los puentes del Ebro y del Cuartel de la Guardia Civil de dicha ciudad, sufriendo las consecuencias 13 tudelanos que murieron [principalmente mujeres y niños, y otros 20 que resultaron heridos] en el ataque.
Lo que sí hemos podido corroborar es, que la Jefatura de Infraestructuras del Ejército del Aire Nacional, planeó el 10 de septiembre de 1937, un nuevo despliegue de la aviación, basado en aeródromos existentes y en otros de nueva creación que deberían estar terminados el 1º de octubre de 1937, cuyo despliegue previsto era: Legión Cóndor - Tudela Nº 3 (Alfaro) Aeródromo base Burgos; Aviación Hispana-Cóndor - Tudela Nº 14 (Buñuel); y Aviación Legionaria - Tudela Nº 8 (Ablitas) Aeródromo base Logroño.
Desafortunadamente, Cesáreo Oliver parece que desconocía que Manuel García Sesma, al tratar acerca de la historia de Baños de Fitero, ya había publicado detalles interesantes relacionados con la llegada de la Legión Cóndor a Navarra, como que durante la Guerra Civil de 1936-39, el Estado Mayor de la Legión Cóndor -tropas alemanas, enviadas por [Adolf] Hitler a España, para luchar contra la República- se instaló en el Balneario Nuevo, a principios de 1937, ocupándolo, por de pronto, en el invierno y la primavera del mismo año. Lo evacuó, al comenzar la tamponada oficial, trasladándose a Alfaro, donde se instaló en el Palacio Heredia [mandado construir por Gregorio Sáenz de Heredia, abuelo de José Antonio Primo de Rivera Sáenz de Heredia], volviendo al Balneario hacia mediados de octubre, donde permaneció hasta la primavera de 1938. Componían dicho Estado Mayor alrededor de un centenar de jefes, oficiales, subalternos y simples soldados, y fueron atendidos, en sus dos estancias, por dos poceros y media docena de camareras de la temporada, con la encargada Flora Fraile, de Grávalos. Al decir de uno de los poceros, los alemanes se portaron con la servidumbre correctamente. Pagaban los baños que tomaban y les daban buenas propinas. En la Nochebuena de 1937, les ofrecieron incluso un buen banquete, servido por los soldados; y en la Nochevieja, les hicieron sendos regalos.