viernes, 30 de septiembre de 2011

Un Comic de Historia que hizo algo de "historia"

La revista Fitero ha sido innovadora desde sus comienzos y lo ha sido en buena parte de sus números, véase por ejemplo el diseño y la maquetación de la de este año, sin ir más lejos.
En la edición de Fitero-84, del año 1984, apareció por primera vez un cuadernillo temático en sus páginas centrales y, además, estuvo dedicado a publicar un Comic de Historia que, de alguna forma, se ha incorporado a la historia de la revista y, con ello, quizá a la de Fitero.
Se trataba del relato simplificado del famoso motín que llevaron a cabo los fiteranos de 1675 contra el abad del antiguo monasterio y señor de la Villa. Los dibujos corrieron a cargo de mi amigo cirbonero Manuel Rández Garbayo, que después se casó con su novia fiterana y se trasladó a vivir a Fitero, mientras que los textos así como la adaptación al formato narrativo de historieta, le correspondieron a un servidor.
Con la publicación de este comic tratamos de acercar un fragmento de la Historia de Fitero a los jóvenes y no tan jóvenes que quizá entonces dedicaron algo de su tiempo a conocer estos acontecimientos y que, de haberse presentado en su tradicional formato textual, quizá no les habría resultado igual de atractivo. No sé si lo conseguimos pero al menos puedo decir que fue una bonita experiencia.

jueves, 29 de septiembre de 2011

El escudo del monasterio de Fitero

Inicialmente el antiguo Monasterio de Fitero careció de todo tipo de emblema o escudo heráldico propiamente dicho. Con el paso del tiempo fueron sus señores abades, que también eran señores de la villa de Fitero, quienes comenzaron a usar su propio escudo nobiliario durante su abadiazgo como escudo del Monasterio de Fitero. Al menos así consta a partir de principios del siglo XVI, pues se pueden ver en el claustro bajo del monasterio de Fitero diversas representaciones de los escudos nobiliarios de los dos abades Egüés, tío y sobrino, que gobernaron sucesivamente la abadía de Fitero entre 1503 y 1540, así como entre este año y 1580, respectivamente.
No se sabe cuándo fue cuando uno de los abades fiterienses decidió dotar al monasterio de Fitero de un escudo heráldico propio que, según Manuel García  Sesma, constaba de un cuartel único, con la apoteosis de San Raimundo, y en bordura, las cuatro cruces de las Órdenes Militares peninsulares: Calatrava, Alcántara, Cristo de Portugal y Montesa, y que, posteriormente fue sustituido por el que ya figura en la parte superior del retablo de San Miguel que se conserva en el crucero de la iglesia del antiguo monasterio de Fitero y que data del siglo XVII, concretamente, consta que la realización de este retablo le fue encargada al alfareño Juan Irigoyen Macaya en 1614. Así que no cabe duda de que este escudo tuvo que ser anterior a esta fecha, aunque los abades de Fitero también siguieron usando su escudo personal mientras ostentaban dicha dignidad.
De acuerdo con la descripción heráldica que hiciera Alberto Gómez González, en 1956, se trata de un escudo medio partido y cortado: el 1º ostenta la apoteosis de San Raimundo; el 2º las Cruces de Calatrava, Alcántara, Cristo y Montesa, puestas en cruz; 3º el típico brazo revestido de la cogulla cisterciense y empuñando báculo abacial. Todo el escudo está sostenido por una gran cruz de Calatrava. (Esmaltes ignorados por el autor). Nota ésta que hacía referencia a que este autor cisterciense desconocía los atributos cromáticos o el colorido usado en el escudo del monasterio de Fitero. Al menos, en el momento en el que hizo la citada descripción a partir del sello correspondiente a este escudo que aún se conserva en el museo del cercano monasterio de las religiosas cistercienses de Santa María de la Caridad de Tulebras, adonde llegó tras la desamortización de 1835. Seguramente porque no visitó la iglesia del antiguo monasterio de Fitero y, por tanto, no pudo observar la representación más antigua que se conoce de este escudo, ubicada en la parte superior del retablo del arcángel San Miguel, que data del siglo XVII. Escudo monacal de Fitero que se encuentra representado bajo la corona real que representa a su Patronato Real, como registré en el Tesoro del Patrimonio Histórico de Fitero, y, todo ello a su vez, bajo la mitra abacial que hace referencia al citado señorío ejercido entonces por el abad sobre el monasterio y la Villa.
Con el cambio del último milenio, la asociación cultural Amigos del Monasterio de Fitero recuperó una variante del escudo que figura en el sello conservado en Tulebras, luciéndolo en las capas color crudo con las que algunos de sus socios se revisten en algunas ocasiones destacadas en las que intervienen, como parte de sus actividades folclórico-culturales. Si bien el fondo del escudo que figura en las capas y en las publicaciones de esta asociación, a diferencia del que hay en el retablo de San Miguel, es un esmalte azur (azul).

lunes, 26 de septiembre de 2011

El final del Monasterio de Fitero

El objetivo de la famosa Desamortización de Mendizábal era el de intentar dinamizar la economía española, desposeyendo de sus pertenencias a las Órdenes Religiosas de la Iglesia con el fin de reducir la deuda pública y proporcionar al Estado medios económicos con los que financiar la segunda Guerra Civil Española o más conocida como primera Guerra Carlista
Esta Desamortización supuso el final del monasterio cisterciense de Fitero y, como publicó Manuel García Sesma, esta tercera y definitiva supresión tuvo lugar en 1835, en aplicación del Decreto de 11 de Octubre de dicho año, dictado por el Primer Ministro, Juan Álvarez Mendizábal. En Navarra, la disposición afectó, esta vez, a la Colegiata de Roncesvalles y a 7 conventos: los de Fitero, La Oliva, Irache, Marcilla, Leyre, Urdax e Iranzu.
En esta ocasión, los frailes de Fitero abandonaron para siempre su convento, el 21 de diciembre de dicho año; o sea a los 70 días de la promulgación del Decreto de Mendizábal. Componían a la sazón, la comunidad 14 sacerdotes, 6 coristas y 1 lego. La abadía estaba vacante y figuraba al frente de ella Fr. Antonio Echarri, en ausencia del Prior, Fr. Esteban Cenzano.
Previamente a la salida de los monjes, se realizó el tercero y último Inventario. Empezóse el 13 de noviembre de 1835 y se acabó el 20 de diciembre siguiente. Vino a hacerse cargo del Monasterio y a ordenar el Inventario don Melchor de Azcárate, vecino de Tudela, como Comisionado de Arbitrios de Amortización. A la sazón, era alcalde de Fitero, don Mamerto Medrano; y escribano del Ayuntamiento -y hasta entonces asimismo del Convento- don Celestino Huarte.
Tras la Desamortización de Mendizábal, la villa de Fitero comenzó una nueva etapa en su Historia, finalmente independiente de quienes la habían fundado en 1482 y fueron sus señores durante más de tres siglos. Cabe destacar que aún no se ha cumplido siquiera su segundo centenario y que todavía sigue omnipresente el recuerdo del monasterio cisterciense que fundó su Patrón, San Raimundo de Fitero, a mediados del siglo XII. A pesar de que, salvando algunos honrosos pasajes puntuales de su Historia, la de la Villa y, por tanto, la de los fiteranos, aún es casi desconocida y está por escribir.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El paisaje de Fitero

Uno de los grandes atractivos que tiene Fitero es su paisaje: la frondosidad de las ya escasas arboledas del río Alhama, la variedad y riqueza de la vega del arroyo Añamaza, la llanura de algunos de los términos que llevan hacia el río Ebro, hacia Cintruénigo, Corella o Alfaro, o el mar de montañas que aquí comienza y que da paso al Sistema Ibérico o, si se prefiere, a la meseta del Duero, hacia Tarazona o Cervera del Río Alhama. Ninguna otra localidad de los alrededores ofrece esta diversidad ni el agradable y saludable microclima que contribuye a su disfrute.
El paisaje es algo más que simplemente lo que está ahí, donde vivimos o sobrevivimos, pues forma parte de nuestro Patrimonio, el de todos, y por eso conviene cuidarlo y protegerlo también entre todos, fomentando sus valores ecológicos, visuales y culturales.
Cuando viajamos para conocer lugares interesantes nos gusta disfrutar precisamente de eso, de lo que los hace interesantes y agradables de ver y conocer. El paisaje también refleja cómo son los que viven y habitan en él así como lo que éstos ofrecen a quienes les visitan. Es su tarjeta de visita y también lo que queda en el recuerdo de quienes se van y que regresaran, seguramente, si hay algo allí que les motive para hacerlo así.
En definitiva, el paisaje invita a pasear por él, a conocerlo y a disfrutar de las bondades que ofrece su naturaleza y, al mismo tiempo, su cultura. Por eso somos responsables del nuestro y es importante que participemos y que nos ocupemos todos de cuidar su calidad, en todos sus aspectos, ya que de este recurso también depende el desarrollo socioeconómico de la Villa. Más aún si en él se encuentra una de las instalaciones hoteleras más importantes y atractivas de Navarra, como son los famosos Baños de Fitero, y uno de los monumentos históricos de interés nacional más interesantes y atractivos a la vez que poco conocido, como es el antiguo monasterio cisterciense de Fitero.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Los orígenes de la villa de Fitero

Hay quien piensa que el antiguo monasterio cisterciense de Fitero fue un cenobio que hubo en la villa navarra de Fitero. Sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
Los monjes cistercienses edificaban sus monasterios en lugares despoblados y, una vez concluida su edificación, estos cenobios se convertían en ciudades autosuficientes, en la que sus habitantes hacían una vida volcada hacia el interior. Por tanto, cuando en 1152 San Raimundo de Fitero decidió trasladar la comunidad cisterciense, que presidía en el monasterio provisional que habían construido en la abandonada o desierta villa de Niencebas (despoblado de Alfaro), a la limítrofe villa de Tudején, en el lugar en el que hoy está el casco urbano de Fitero no vivía nadie ya que las casa y calles de Tudején se encontraban en el término fiterano de San Valentin, junto al monte Castillo, cerca del lugar donde el arroyo Añamaza desemboca en el Alhama, casi enfrente de Baños de Fitero.
A principios del siglo XIII, la villa de Tudején quedó deshabitada y aunque los monjes de Fitero intentaron repoblarla en varias ocasiones, no lo consiguieron. De modo que en todos los términos de las antiguas villas castellanas de Niencebas y Tudején solo quedó habitado el monasterio de Fitero, limítrofe entonces con las localidades navarras de Cintruénigo y Corella, las castellanas de Alfaro, Autol, Grávalos y Cervera del Río Alhama, así como la aragonesa de Tarazona
Finalmente, en 1482, el nuevo abad de Fitero, Miguel de Peralta, decidió fundar una villa junto al monasterio y así nació la actual villa del monasterio de Fitero o villa de Fitero. Los interesados en conocer qué pasó en Fitero desde el siglo XII hasta el XV o cómo fue la transición del monasterio a la villa de Fitero, pueden descargarse completa y gratuitamente este libro, por ejemplo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Calle Díaz Gómara

Miguel de los Santos Díaz Gómara (1885-1949) nació en Fitero, en la casa de la antigua Calle Luchana que lleva su nombre, desde 1920. Fue hijo del igeano León Díaz, abogado y escribano del Juzgado, y de la fiterana Ángela Gómara.
Siendo muy niño pasó a realizar los estudios primarios en el colegio de Escuelas Pías de Estella, antes de ingresar en el seminario de Pamplona, en 1896, y de trasladarse al seminario de Zaragoza, en 1903, donde se graduó como bachiller, en 1906, y donde obtuvo la licenciatura y el doctorado en teología, en 1907 y 1908, respectivamente. Estudios religiosos que simultaneó con la licenciatura en Derecho que también obtuvo en 1907, en la Universidad de Zaragoza, con la licenciatura y el doctorado en Derecho Canónico y en Filosofía Escolástica que obtuvo en la Universidad Gregoriana de Roma, en 1911, y con el doctorado en Derecho que obtuvo en 1918, en la Universidad de Madrid.
Recibió las primeras órdenes en 1907 y el diaconato en 1909, año en el que también celebró su primera Misa en Roma. De regreso a España desempeñó diversos cargos eclesiásticos y catequéticos en Zaragoza hasta que en 1920 fue preconizado obispo de Tágora y auxiliar de la archidiócesis de Zaragoza, en la basílica del Pilar, donde permaneció hasta 1924. Entonces pasó a ser obispo de la diócesis soriana de Osma y en 1935 se hizo cargo de la diócesis murciana de Cartagena. Ciudad a donde llegó el 30 de junio, acompañado de su hermano Rodrigo Díaz Gómara, abogado.
La persecución anticlerical del verano de 1936 le forzó a abandonar su sede apostólica, al comienzo de la Guerra Civil Española, y a huir desde Alicante a Roma, disfrazado de marino alemán en un barco mercante. Poco después regresó a Zaragoza, donde pasó la mayor parte de esta guerra fraticida hasta que en marzo de 1939 fue nombrado administrador apostólico de la diócesis de Barcelona. Aunque en 1943 regresó a Cartagena, donde permaneció como obispo de su diócesis hasta que falleció en noviembre de 1949, siendo enterrado en Zaragoza. Fatídico acontecimiento que ocurrió un mes después de que hubiera recibido del ministro de Justicia, Raimundo Fernández-Cuesta Merelo, la condecoración de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, en reconocimiento de méritos y servicios prestados.
A pesar de que el Ayuntamiento de Fitero le dedicara el nombre de la calle en la que nació y de que instalara una placa conmemorativa en la fachada del inmueble donde vino al mundo este docto obispo fiterano, en el catálogo del Patrimonio Arquitectónico del actual Plan Municipal de Urbanismo de Fitero no consta esta casa. Mientras que sí lo está, por ejemplo, la de otro fiterano que también fue obispo durante el pasado siglo, el Venerable José Mª. García Lahiguera, que también tiene una placa dedicada en la fachada del inmueble en el que nació y una calle dedicada en esta Villa. 

sábado, 17 de septiembre de 2011

Avenida de Pío XII o Calle del Cogotillo Bajo

La única avenida que hay en Fitero era la vía de comunicación entre el casco urbano de la villa y las principales Carreras que pasaban por las cercanías de Fitero: la vieja Carrera de Calahorra, después renombrada como camino a La Aldea, esto es, a Aldeanueva de Ebro, por ser ésta la localidad por la que se pasaba antes de llegar a Calahorra, y que era una extensión de esta avenida, y la Carrera de Tudela a Cervera del Río Alhama, pasando por Baños de FiteroNA-160, que entonces discurría junto al pantano del Olmillo, que es el lugar donde esta carretera local se cruzaba con la citada avenida y Carrera de Calahorra. De hecho, la actual Avenida de Pío XII se prolongaba directamente por este último camino que, poco después de pasar por el cabezo del Olmillo y del desvío que ahora conduce a la Cruz de La Atalaya, se bifurca también en otro desvío que conduce al antiguo monasterio y granja cisterciense de Niencebas (despoblado de Alfaro), junto a la Venta del Pillo, y, después, a la ermita de Yerga (Autol). Pero que si no se toma ninguno de estos dos desvíos y se sigue el trazado de este camino se acaba llegando al corellano cabezo de Morterete, antiguo límite del Coto Redondo del Monasterio de Fitero, y de allí sigue el antiguo camino por la falda oriental de Yerga hasta Aldeanueva de Ebro y Calahorra, ya que ésta fue la principal vía de comunicación entre el cenobio de los primeros cistercienses que hubo en la península Ibérica y la sede episcopal de la que dependieron inicialmente.
El romano Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli (1876-1958) fue elegido Papa, siendo conocido como Pío XII, el 2 de Marzo de 1939, casi un mes antes de que acabara la Guerra Civil Española. De ahí que quienes gobernaban en el Ayuntamiento de Fitero, una vez acabada esta contienda fraticida, decidieran renombrar el antiguo Camino del Cogotillo Bajo como Avenida de Pío XII, tal como recogió Manuel García Sesma.
Pío XII fue declarado Venerable el 19 de Diciembre de 2009, por lo que el nombre de esta calle fiterana debería ser ahora el de la Avenida del Venerable Pío XII, de igual modo que las calles dedicadas a los fiteranos Juan de PalafoxJosé Mª. García Lahiguera deberían actualizarse como Calle del Beato Juan de Palafox y Calle del Venerable José Mª. García Lahiguera, respectivamente.
El nombre antiguo de la actual Avenida de Pío XII se debía a la ubicación del camino que pasaba por la parte baja del montecillo o pequeño cogote a cuyos pies se encuentra ubicado el casco urbano de la Villa. Existiendo también en dicho monte otro camino que, partiendo casi de la mitad de la actual Avenida de Pío XII, pasaba por su cima y se encontraba de nuevo con el que discurría por esta avenida a la altura del antiguo y hoy sepultado Pontigo, y que hoy en día aún se conoce como la Calle del Cogotillo Alto. Una vez que se comunicó la Calle Mayor con el cruce del Pontigo, los caminos que entraban por el Cogotillo y daban acceso a las cocheras y almacenes, que eran los únicos edificios existentes allí por entonces, dejaron la primacía de acceso a aquella calle y tanto la Avenida de Pío XII, que aún se sigue llamando Calle del Cogotillo Bajo, como la Calle del Cogotillo Alto quedaron relegadas a meras calles del interior del caso urbano de Fitero.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Noticiasdefitero.com en la revista Fitero 2011

El segundo domingo de septiembre celebramos el día de la Patrona de la Villa, la Virgen de la Barda y el día anterior comienzan estas largas y esperadas fiestas patronales. Justo antes de que suene el cohete y la banda de música arranque el pasacalles que dará lugar al tradicional Bolo que se forma en la ronda por las calles de Fitero, también se pone a la venta el nuevo ejemplar de la revista anual que se lleva el nombre de la Villa, en el improvisado chiringuito que se instala a tal fin en la Plaza de San Antonio.
Así se viene haciendo desde que en 1980 hicimos el primer número de esta revista que puso en marcha Manuel García Sesma. Una revista que se devora rápidamente durante el primer fin de semana de las fiestas pero que se lee con calma después y que incluso se relee y se consulta pasados los meses y los años, pues se trata de una revista para guardar, como dice el eslogan que inventó Jesús Bozal Alfaro y que todavía se sigue reproduciendo en sus páginas interiores.
Este año se ha rediseñado su formato y el propio estilo periodístico de la revista. Lejos quedan el formato de diario de prensa que tuvo los primeros años de vida o su paso al estilo de las revistas semanales, con tapas más duras que las interiores, que fue la antesala al uso de la policromía en su impresión. El nuevo ejemplar ha dotado a la revista de un nuevo formato, añadiéndole un lomo a su exterior y dotándole de un necesario y espectacular rediseño a su interior así como un hilo conductor que ha transformado la revista en una publicación temática: Los Sueños, abriéndose así una nueva etapa para esta revista. Esto es, para La Revista que se dice popularmente en Fitero y que nació al poco tiempo de la llegada de la Democracia, permitiendo que los fiteanos pudiéramos hacer uso de la recién estrenada Libertad de Expresión que, ahora y dicho así, hasta suena raro pues ya no nos imaginamos que éste no sea un derecho fundamental y de uso habitual. Mi enhorabuena y reconocimiento para todos los que han o hemos pasado por la dirección de esta revista a lo largo de estos años y, en especial, para su nuevo director: Asier Rebollo Rupérez.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El escudo nobiliario de los Yanguas de Fitero

Basilio Antonio de Yanguas y Escudero, natural de la villa navarra de Fitero y vecino de la cercana ciudad de Corella, hijo de fiterano y de corellana, obtuvo la ejecutoria de hidalguía en 1781, alegando ser descendiente de la casa hidalga de los Yanguas, de la localidad zaragozana de Tauste.
Inmediatamente reclamaron para sí este derecho los familiares que se habían quedado en Fitero, concretamente las familas Yanguas Rojas, Yanguas Vergara y Yanguas Magaña, de acuerdo con la información publicada por Francisco Alfaro Pérez y Begoña Domínguez Cavero.
En la actualidad sólo se conserva uno de estos escudos nobiliarios en  la fachada de un inmueble de Fitero, de tal modo que, tras haber sufrido un traslado hace casi una década, ahora está ubicado en la Calle de la Villa. Este emblema en particular corresponde a la rama familiar de los Yanguas Rojas, como lo indican las rosas añadidas al emblema de los Yanguas con objeto de incluir simbólicamente la representación del apellido Roxas que, entonces, carecía de hidalguía. Según me detalló mi buen amigo Francisco Alfaro.

domingo, 11 de septiembre de 2011

El escudo nobiliario de los Octavio de Toledo

Al comienzo de la primavera de 2009, tras haber sido derribado el inmueble de la Parcela 1039 de la Calle Mayor, que estaba incluido en el Inventario Arquitectónico de Interés Histórico-Artístico de Navarra, el Ayuntamiento procedió a recoger el escudo heráldico de los Octavio de Toledo, depositándolo temporalmente en el jardín de la casa de campo de un vecino de la Villa.
Los Octavio de Toledo de Corella, originarios de Tarazona, obtuvieron sentencia ejecutoria de hidalguía muy avanzado el siglo XVIII, basándose en su parentesco con los Larramendi de Lerín que, por su parte, la habían obtenido en 1775. De acuerdo con lo publicado por Francisco Alfaro Pérez y Begoña Domínguez Cavero, quienes también detallaron que el escudo de los Octavio de Toledo de Fitero tiene los mismos cuarteles que el de las armas de los Octavio de Toledo que hay en la Calle de La Reja de Corella, aunque en este caso el escudo carece de las lanzas y de la corona de laurel que acompañan al de Fitero. Éstos corresponden a la faceta militar de la rama de esta familia que se fundó en Fitero cuando aquí se trasladó a vivir el corellano Bernardo Octavio de Toledo y Arenal, siendo acreditada su hidalguía en 1779, tal como figura en el Libro de Alistamientos de Soldados de Fitero, que se conserva en el Archivo Municipal para que se le aplicasen las exenciones pertinentes.
El susodicho inmueble no se había catalogado en el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, lo que debió facilitar que acabara siendo derruido. No obstante, en el artículo de dicho plan que define el Patrimonio Arquitectónico de Fitero se recogía que de acuerdo con el Decreto 561/1963, quedan protegidos, como motivos irreemplazables del Patrimonio Cultural de Fontellas, cualquier ornato de carácter heráldico que figure en sus edificaciones. Supongo que por el hecho de que así se legislara en nuestra Villa, los blasones heráldicos de Fitero no pasaron a ser parte del Patrimonio Cultural de Fontellas y que dicha afirmación del Plan Municipal de Urbanismo de Fitero se debe a un error o al desconocimiento de quienes lo redactaron y aprobaron. En cualquier caso, espero que a pesar del desinterés de quienes permitieron que así se legislara en Fitero, el Ayuntamiento de la Villa haya cumplido con el decreto que protegía al escudo de los Octavio de Toledo y que lo hayan puesto a buen recaudo hasta que lo repongan en el lugar que le corresponda según la Ley.

viernes, 9 de septiembre de 2011

La fachada más estrecha

El único de los inmuebles que queda en pie, de los tres que el Servicio de Patrimonio Histórico de la institución Príncipe de Viana recogió en su Inventario Arquitectónico de Interés Histórico-Artístico de Navarra, es el de la Parcela 2907 de la Plaza de la Villa.
Sin embargo, ninguno de esos tres inmuebles llegó a formar parte del catálogo de edificios protegidos por el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero. Lo que explica que los otros dos, el de la Parcela 1039 de la Calle Mayor y el de la Parcela 1020 de la Calle Lejalde, hayan desaparecido y, en el caso de este último, incluso se haya edificado un nuevo edificio en su lugar. Mientras que el solar del otro ahora ofrece la función de aparcamiento para vehículos. En ambos casos, las fachadas de estos edificios tenían objetos ornamentales de interés, uno tenía el escudo nobiliario de los Octavio de Toledo y el otro un mirador de forja que era lo único que había en la Villa correspondiente al movimiento artístico Art Decó.
El caso de este tercer edificio es distinto pues su fachada con gran dificultad podría llegar a albergar cualquier tipo de objeto ornamental. Quizá es por eso, por presentar la fachada más estrecha de Fitero, por lo que fue seleccionado para formar parte del Inventario Arquitectónico de Interés Histórico-Artístico de Navarra. En cualquier caso, fueran los motivos que fuesen los que motivaron su catalogación, espero que tenga mejor futuro que los otros dos inmuebles que tenían la misma calificación de interés patrimonial para Navarra y que ya han desaparecido.

martes, 6 de septiembre de 2011

El Callejón de Santa Lucía

Era uno de los tres callejones empotrados en otras tantas viviendas que había en Fitero, junto con el del Guache y el del Carmen, que aún existen. Los tres tenían una construcción similar, con gruesas vigas de madera visibles en el techo, y parecidas dimensiones.
Al igual que ocurre ahora en el Callejón del Carmen, parece que en el Callejón de Santa Lucía también hubo una hornacina que albergó una imagen religiosa. Aunque desapareció hace mucho tiempo, de hecho yo no llegué a conocerla y tampoco he podido recabar más información acerca de ella. El camino que salía por este callejón conduce a la parte trasera del término de Santa Lucía, en el que también hubo una ermita dedicada a esta santa, cuya devoción popular arraigó fuertemente en la Villa casi desde los orígenes de ésta, y fue la que dio lugar a la consagración de la desaparecida ermita y, seguramente, a la posterior dedicación de la hornacina y, por tanto, al nombre del ahora también desaparecido Callejón de Santa Lucía.
Este callejón se encontraba en el inmueble de la Parcela 1093 de la Calle Mayor y era otro de los tres únicos edificios que el Servicio de Patrimonio de la institución Príncipe de Viana tenía catalogado en el Inventario Arquitectónico de Interés Histórico-Artístico de Navarra. Sin embargo, no fue incluido en el catálogo de Patrimonio Arquitectónico de la Villa cuando el Ayuntamiento elaboró el vigente Plan Municipal de Urbanismo, lo que explica por qué también se ha convertido ahora en un solar en el que se permite el aparcamiento de vehículos, temporalmente, al menos. Afortunadamente, el Ayuntamiento puso a buen recaudo el escudo nobiliario de los Octavio de Toledo, que había en su fachada. Este escudo, como el de los Yanguas de Fitero, que aún está en otra fachada fiterana, data de finales del siglo XVIII y son los dos únicos escudos nobiliarios de piedra que quedan en Fitero. Esto es, dos de los muy escasos escudos nobiliarios que permitió el antiguo monasterio de Fitero que los vecinos de su Villa pudieran colocar en las fachadas de sus casas y que han llegado hasta nuestros días.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Proyecto Ribera del Alhama al 1% Cultural

La tuneladora ha completado su trabajo en Fitero y el amplio tubo del Gasoducto Yela-Villar de Arnedo ya pasa por debajo de la carretera local NA-160, en la parte alta de la cuesta de La Mejorada. Ahora podrá completarse el soterramiento de esta canalización por los más de 7 Kms. que atraviesa casi por la mitad el término municipal de Fitero, en dirección suroeste-noreste.
Es de suponer que el Ayuntamiento aprovechará las compensaciones previstas por la Ley de Patrimonio Histórico para este tipo de obras o grandes infraestructuras, especialmente en estos momentos en los que encontrar financiación pública no es fácil.
El Ayuntamiento sólo tiene que presentar un buen proyecto al 1% Cultural del Ministerio de Cultura del Gobierno del Reino de España, que para eso establece la obligación de destinar en los contratos de obras públicas una partida de al menos el 1% a trabajos de conservación o enriquecimiento del Patrimonio Histórico Español o al fomento de la creatividad artística, con preferencia en la propia obra o en su inmediato entorno. El 1% Cultural se genera reservando el 1% de: Los fondos aportados por el Estado en presupuestos de cada obra pública financiada total o parcialmente por el Estado; o de los presupuestos de obras públicas construidas y explotadas por particulares en virtud de concesión administrativa y sin la participación financiera del Estado. Y, por supuesto, esperar que el proyecto encaje con los objetivos y en el presupuesto de esta obra.
No es una ocasión para desaprovecharla pues, gracias a ella, el Ayuntamiento podría cumplir con varias promesas electorales y, lo que es más importante, mejorar las infraestructuras de la Villa así como los servicios que con éstas se ofrecen a los fiteranos y a los que nos visitan. El proyecto podría llamarse Ribera del Alhama pues a ella afectarían las mejoras, aprovechando que el gasoducto también atravesará el cauce de este río a su paso por la Villa.
Con este proyecto podría reconstruirse y restaurarse el Batán de Angós, con su correspondiente Centro de Interpretación acerca de la importancia que en Fiero tuvieron los molinos harineros, trujales y batanes, desde el siglo XII hasta principios del XX.
De paso, se sacarían los restos de estos arqueológicos de la Lista Roja de Hispania Nostra y así dejaríamos de pasar vergüenza ajena por el desinterés del Ayuntamiento de la Villa y del Gobierno de Navarra por el Patrimonio Histórico de Fitero.
Además, se podrían incluir en el proyecto tanto la consolidación de los improvisados  pasos peatonales sobre el Río Alhama en La Madera y en El Tamarigal, que se vienen utilizando tradicionalmente para comunicar ambas orillas del término municipal. Sin olvidar el nuevo paso peatonal proyectado entre el Sotillo o antiguo Prado de los Caballos y el Paseo del Barranco de los Palomares que hay en el antiguo Arenal del Rio, y prometido en el vigente programa electoral. Todo ello, reforzando y cuidando las márgenes y el propio cauce del río entre ambos tramos para favorecer su biodiversidad e impulsar el desarrollo de su flora y fauna autóctonas, recuperando incluso algunas de las especies que ya han desaparecido.
En el Proyecto Ribera del Alhama se podría incluir la recuperación e integración medioambiental del Paseo del Barranco de los Palomares y del desaparecido o nunca concluido Paseo de la Mina, los tres citados pasos peatonales sobre el río, la finalización del Paseo Peatonal entre la Villa y Baños de Fitero, en la zona del Tamarigal, la restauración y recuperación del Batán de Angós y del actual Puente de piedra de Fitero y también replantear cómo debería ser el paso de vehículos sobre el Alhama en el siglo XXI pues es posible que ya no sirva apañar o remodelar la que se tomó a mediados del XIX, cuando se circulaba en carro o a lomos de caballerías.
¿Por qué no iba a ser así si pensamos en un proyecto de modernización y actualización de las infraestructuras viarias de Fitero y, concretamente, en poder disponer de una moderna carretera local NA-6900, también contemplada en el programa electoral desde hace varias legislaturas, que facilite la actividad económica en el Polígono Industrial y la actividad turística en Baños de Fitero?
En 1843, la reconstrucción del único Puente de piedra sobre el río Alhama conllevó también la creación en sus inmediaciones de dos parques ajardinados para el uso y disfrute de los fiteranos: el exitoso del Barranco de los Palomares y el abandonado Paseo de la Mina, en las cercanías del Batán de Angós. Lo que demuestra que siempre que se han hecho grandes obras en la ribera del Alhama a su paso por Fitero se ha aprovechado para cuidar y mejorar el entorno. Es evidente que, en estos tiempos que corren, no se puede esperar ni siquiera soñar con que este tipo de proyectos se haga a costa del presupuesto municipal y ni siquiera del correspondiente presupuesto del gobierno foral, pero para eso están el presupuesto del Estado y las medidas contempladas en la Ley, como es el caso del 1% Cultural, para complementar otros proyectos en marcha, como el de la carretera NA-6900.
Sólo hace falta que el Ayuntamiento de Fitero no desaproveche esta ocasión histórica para la Villa y que presente el Proyecto Ribera del Alhama al Ministerio de Cultura cuanto antes, para beneficio de todos los fiteranos y de los que nos visitan. También hace falta suerte para que aprueben el proyecto, claro.

sábado, 3 de septiembre de 2011

El único edificio Art Decó ya no será centenario

Era el único edificio cuya fachada estaba decorada al estilo del movimiento Art Decó que había en Fitero. Se trataba de un mirador de forja que había realizado artesanalmente Simón Muñoz, quién también fue mecánico y empresario pues, además de abrir su propio taller mecánico también fue el primero que abrió una gasolinera en la Villa, siendo una de las primeras que hubo en Navarra.
El inmueble de la Parcela 1020 de la Calle Lejalde, a pesar de compartir características con muchos inmuebles que están acogidos a Protección Medioambiental por el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, no estaba incluido en el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de Fitero. Tan sólo era uno de los candidatos a ser incluido en dicho catálogo cuando éste se ampliara en un futuro y eso que era uno de los tres únicos edificios que el Servicio de Patrimonio de la institución Príncipe de Viana o sea el Gobierno de Navarra tenía incluido en el Inventario Arquitectónico de Interés Histórico-Artístico de Navarra. Vaya dislate que cometió el Ayuntamiento de Fitero, aunque para desgracia de los fiteranos no fue el único que sufrió este mirador Art Decó ni está sufriendo el Patrimonio de la Villa.
Hace poco más de un lustro, los propietarios del inmueble debieron alegar que estaba en muy mal estado y que, además, querían construir en el inmueble varios pisos, como así acabaron haciendo. Desde la institución Príncipe de Viana no objetaron nada porque el Ayuntamiento de Fitero, en contra de la opinión de aquella, ni siquiera consideraba al inmueble digno de Protección Medioambiental, así que debieron llegar al acuerdo de que, dado el valor artístico del mirador de forja, el Ayuntamiento se comprometía a conservarlo y a ocuparse de que volviera a formar parte del Patrimonio Arquitectónico de los fiteranos. De este modo el inmueble fue descatalogado por el Gobierno de Navarra.
Una vez desmontada la forja durante las obras del derribo del inmueble, el Ayuntamiento cumplió su promesa y se preocupó de que los componentes del mirador Art Decó fueran almacenados junto a la antigua depuradora municipal, en las proximidades del pantano del Olmillo, donde los apilaron horizontalmente y los cubrieron con una lona, a la espera de su restauración. Posteriormente, la lona debió ser necesaria para cubrir otras prioridades municipales y desde el Ayuntamiento decidieron apilar verticalmente los oxidados componentes de aquél bonito mirador Art Decó, que habían sobrevivido al paso del tiempo, en el patio trasero de la citada depuradora, donde se podían ver hasta que finalmente hace unas semanas desaparecieron. No, no se los ha llevado un chatarrero ni han sido completamente destruidos. Al menos parte de los componentes del mirador Art Decó, del único inmueble de este estilo que hubo en Fitero, asoman ahora por encima de la tapia de una casa de campo de las afueras de la Villa. Ojalá sus nuevos propietarios les den buen uso a sus restos.
Esperemos que lo que queda del antiguo monasterio de Fitero y de otros componentes del rico Patrimonio Histórico de Fitero tengan mejor futuro que este desaparecido inmueble pues ya hemos visto para qué han servido el interés del Gobierno de Navarra o del Ayuntamiento de Fitero a la hora de proteger esta parte del patrimonio de los fiteranos. Algo que no cambiará mientras no valoremos nuestro patrimonio ni le exijamos a quienes gobiernan las instituciones que cumplan las leyes y que protejan nuestros intereses, los de todos, quiero decir.

viernes, 2 de septiembre de 2011

El estilo de algunas de las casas protegidas

De los trece inmuebles acogidos a Protección Medioambiental, según el vigente Plan Municipal de Urbanismo de Fitero, el de la Parcela 1064 de la Calle Mayor es el último de ellos que es de titularidad privada y que aún no había revisado, de los incluidos en el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de la Villa.
Se aprecia un cierto estilo arquitectónico común entre este inmueble y otros también ubicados en la Calle Mayor. Eso sí, unos están protegidos y otros no, por ejemplo el que está junto a éste, en la misma acera, un poco más abajo o el que también está un par de casas para arriba, sin ir más lejos. También los hay reformados, normalmente a peor, como la parte baja de este mismo edificio, e incluso, a veces, a mucho peor, y otros que requieren un repaso antes de que acaben por necesitar una reconstrucción.
Aparte de contribuir a que se conozca en qué consiste actualmente el Patrimonio Arquitectónico de Fitero, me gustaría que estas líneas también sirvieran para que nos demos cuenta de que hay edificios que tienen más interés y sobre los que se pueden dar argumentos para que se les considere en el citado catálogo, así como que hay otros que también se puede razonar por qué no deberían seguir en él. En definitiva, que lo que hay no sirve ni creo que sirviera cuando se contrató la realización de este trabajo. Cuanto antes tengamos un Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de Fitero que nos sirva para mejorar el interés que puedan tener los turistas por visitar la Villa y así potenciar el turismo, mejor nos irá a todos. Claro que para ello es necesario que desde el Ayuntamiento se muestre cierta sensibilidad hacia nuestro patrimonio y, sobre todo, una profesionalidad en la gestión y en el bien hacer que los hechos denuncian que no aparecen por ninguna parte.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Se acerca el centenario de la carretera NA-6900

La carretera de Fitero a Ablitas o a Cascante, como se indica ahora desde nuestra Villa, o a la antigua estación de ferrocarril de Fitero que, por cierto, estaba en el término municipal del vecino pueblo de Cintruénigo, en definitiva la carretera local NA-6900 va camino de cumplir su primer centenario. Justo ahora que la van a remodelar y que, para ello, el año pasado hicieron ya el correspondiente proyecto de la esperada obra.
Manuel García Sesma recordó que la carretera de Fitero a Ablitas, de la que en 1920 solo estaban construidos unos 7 kms., estando paralizadas las obras desde hacía años y faltando todavía para concluirla unos 14 kms. se reanudaron al final de la década de los 20 y se terminó, durante la 2ª República. Por cierto que, al reanudarlas desde El Corral de los Altos [Cintruénigo], un barreno le llevó dos dedos de la mano derecha al encargado fiterano, José Romano Fernández. También señaló que esta carretera local se embreó ya hacia mediados del decenio de los 50. Así que falta menos de una década para que esta carretera NA-6900 sea centenaria y por eso no es de extrañar que requiera una reforma para que en Fitero dispongamos de unas dignas infraestructuras de comunicaciones. Especialmente ésta, que une el casco urbano con el polígono industrial y, lo que es más importante, a éste con la carretera nacional N-113.
Por cierto que en el término cirbonero del Corral de los Altos, junto al pantano de las Estanquillas y no lejos de la antigua y abandonada estación de ferrocarril de Fitero, están registrados por la institución Príncipe de Viana dos yacimientos arqueológicos del Eneolítico. No siendo éste el único yacimiento arqueológico junto al que pasa esta carretera local pues también están los contiguos yacimientos de Ormiñén y de la Ermita de San Sebastián, en Fitero y Cintruénigo, respectivamente, que cubren un período tan amplio como el que va desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media. Ojalá que cuando se reforme esta carretera se aproveche para conocer algo mejor nuestra historia.