martes, 27 de diciembre de 2011

La muerte del torero Pepete II

José Rodríguez Davié, más conocido en el mundo taurino como Pepete II, nació en la gaditana localidad de San Fernando, el 14 de Mayo de 1867, y falleció en 1899 a causa de la cornada que le asestó un toro, de la ganadería caparrosina de Zalduendo, de nombre Cantinero, en la corrida que se celebraba en Fitero, el 12 de Septiembre de 1889. Este famoso torero, que había tomado la alternativa el 30 de Agosto de 1891, en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, aquella tarde había matado a los dos primeros astados, escuchando grandes aplausos en el coso fiterano. Según publicó Manuel García Sesma y también recordó después mi amigo Ramón Villanueva Sáenz, salió el tercero de los cuatro toros del hierro de la Sra. viuda de Zalduendo que se lidiaban aquella tarde, con el citado nombre de Cantinero, retinto oscuro, bien armado y de mucha romana. Tomó una vara de Julio VicenteCerrajas, entró Pepete al quite y lo lanceó con dos medias verónicas, y al terminar dando una larga, el animal le cortó el terreno, saltando tras él la barrera por el 4 y al pretender el diestro saltar de nuevo al ruedo fue empitonado en el muslo izquierdo. En brazos de sus compañeros entró en la enfermería, donde los médicos le apreciaron una herida de considerables dimensiones en la cara posterior del muslo izquierdo, de pronóstico grave.
A consecuencia de la herida, se agravó la situación del torero hasta el extremo de tenerle que administrar el Santo Viático. Desde la cogida fue asistido en casa de Ángel Pina (en la Calle del Pozo, nº 1, esquina con Calle Mayor, nº 24, que entonces era Café), donde se hospedaba, por los médicos Victoriano Sanz y Dr. Carrillo de Madrid, siendo ineficaces los auxilios de la ciencia. Según el acta de defunción: A las 7 de la tarde, del 14 de Septiembre de 1899, moría José Rodríguez Davié, Pepete, a las 48 horas de recibir la mortal cogida, a consecuencia de septicemia aguda de infección.
Don Baldomero Pina compareció ante el Juez municipal, D. Eloy Andrés, y el Secretario D. Tiburcio Orduna, para comunicar la muerte del torero a su viuda Dª. Ana Suárez.
Ramón Villanueva también publicó que esta muerte conmocionó fuertemente a los fiteranos. Los funerales fueron costeados por el propietario de la plaza, D. Anastasio Andrés. Según el acta de defunción que se encuentra en el Registro Civil de la Villa de Fitero, José Rodríguez Davié, Pepete, fue enterrado en el Cementerio de Fitero.

sábado, 24 de diciembre de 2011

La fiterana Ofrenda de las Migas, en la Misa del Gallo

En su Vocabulario Navarro de 1952, el escritor tudelano José María Iribarren Rodríguez recogió la noticia de la Ofrenda de las Migas que se había hecho famosa en Fitero. Alguno años después, en 1969 aportó más información acerca de esta tradición fiterana Manuel García Sesma, publicando que la pintoresca intervención de los pastores de la localidad en la clásica Misa del Gallo era una costumbre tradicional antiquísima, abolida actualmente, como tantas otras hoy. Hay que tener en cuenta que los pastores constituían antiguamente en Fitero un gremio respetable, pues, en el censo de 1797, figuraban nada menos que 47. En tiempos pasados, los pastores locales no sólo bailaban en la Nochebuena, delante del Niño Dios, al son de las zambombas y de los panderos, sino que además se cenaban, en su presencia, una gran sartén de migas. Previamente las freían en el cementerio, situado entonces en los aledaños de la parroquia, o sea, en la actual Plaza de la Iglesia, y, a continuación, entraban con ellas en el templo, colocándose en el presbiterio, delante del Nacimiento. Cuando llegaba el ofertorio, el celebrante bendecía las migas, hacía ofrenda de ellas al Niño Jesús, en compañía de los pastores, y éstos finalmente se las engullían silenciosamente, en medio de un regocijo ingenuo y honesto. Un detalle que se le olvidó consignar a mi informador, es, si durante esta cena ritual, los pastores empinaban también la bota; pues las migas sin vino no se deslizan fácilmente hacia el estómago.
Esta costumbre se mantuvo hasta que, un año, un chusco irreverente tuvo la diabólica ocurrencia de arrojar furtivamente en la sartén unas cuantas guindillas que picaban a rabiar - y tal vez, polvos de pica-pica-, provocando en los pastores una tos bronca y persistente, que degeneró en un espectáculo cómico, indigno del lugar sagrado. Desde entonces, quedó suprimida la Ofrenda de las Migas.
No estaría mal que se recuperara esta antigua tradición fiterana que le daba un toque especial y atractivo a la celebración de la Misa del Gallo. Eso sí, asegurándose de que ningún aguafiestas volviera a estropear dicha tradición por una hacer una gracia y que, a falta de pastores, fueran voluntarios quienes preparasen las migas y convidaran a los asistentes a dar cuenta de la Ofrenda de las Migas, una vez realizada ésta, claro está.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La actual Casa del Ayuntamiento, antigua Hospedería

Los cistercienses salieron del antiguo Monasterio de Fitero el 21 de Diciembre de 1835 y, poco después, los representantes de la Villa se dispusieron a entrar en sus dependencias y tomar posesión de uno de sus inmuebles. José María Mutiloa publicó que entre las actas de la Diputación de Navarra aparecía una instancia fechada el 12 de Febrero de 1836 en la que la villa de Fitero pide autorización para derribar la Portería y la tapia que corta el frontis principal del suprimido monasterio; y que se le conceda también para Casa del Ayuntamiento otro edificio accesorio que llaman Hospedería. Anticipándose así al Real Decreto del 8 de Marzo de 1836 por el que los ayuntamientos podían reclamar edificios de los conventos clausurados para utilidad pública.
La tapia a la que se hace referencia atravesaba de lado a lado la actual Plaza de San Raimundo, a la altura del lugar en el que desde 1946 está el monumento dedicado al Patrón de la Villa. De la Portería y de la tapia ya no queda ningún resto, son los efectos del ensanche urbanístico que tuvo lugar en Fitero a finales del siglo XIX, y, efectivamente, el actual domicilio del Ayuntamiento ocupa la antigua Hospedería pero sólo desde el 15 de Marzo de 1985. Esto es, casi 150 años después de que quienes regían el consistorio municipal lo hubieran intentado por primera vez.
El proceso por el que se llevó a cabo la definitiva Desamortización del Monasterio de Fitero está por estudiar pero se sabe que aunque se completó el inventario el día anterior al de la salida de los últimos cistercienses que hubo en Fitero, su ejecución sufrió grandes retrasos. De hecho, los efectos de la primera Guerra Carlista en Navarra retrasaron todos los procesos desamortizadores puestos en marcha en 1835. La subasta de los bienes inventariados del Monasterio de Fitero no comenzó hasta mediados de 1838. Aunque los propios inmuebles del extinto convento, a excepción de la iglesia abacial que se había transformado en la iglesia parroquial, siguieron estando clausurados y sin que se les diera ningún uso.
Parece que, en el caso de Fitero, tampoco sirvió de nada el Decreto del 9 de Diciembre de 1840 por el que se promovían las solicitudes de cesiones de edificios de conventos suprimidos para destinarlos a utilidad pública, dando un plazo de 60 para que los que se pusieran a la venta los que no hubieran sido reclamados para tal fin. Pues aunque, como publicó José María Mutiloa, el Ayuntamiento de Fitero solicitó el monasterio de bernardos (27 de Septiembre de 1841) para hospital y escuelas, y, como publicó Manuel García Sesmael Gobierno de la Regencia del General Espartero se lo concedió con todas sus dependencias y sin otra excepción que la de los graneros nuevos. Pero esta R. O. no se cumplió debido a las vicisitudes políticas de entonces y a las intrigas de los que pretendían que la pingüe herencia del Convento beneficiase a unos pocos y no al vecindario en general.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Sede Universitaria 2004-2007

Entre 2004 y 2007 Fitero fue sede universitaria de los cursos de verano de la Universidad de Navarra y también de la UNED, gracias al interés que en su momento mostró el alcalde del Ayuntamiento de Fitero por llevar adelante este proyecto. Actividad que desde un primer momento contó con el apoyo del Gobierno de Navarra, que incorporó a Fitero como una de las sedes oficiales de los Cursos de Verano de las Universidades Navarras localizada fuera de Pamplona. Si bien es verdad que este proyecto sólo se pudo llevar a cabo gracias al incondicional apoyo local de la Oficina de TurismoBaños de Fitero, la Parroquia, la Coral y la Banda de Música que, junto a diversos patrocinadores que contribuyeron a costear los gastos de cada edición a las que dio vida a la participación y el empuje de buen número de fiteranos que colaboramos desinteresadamente, se pudieron lograr los destacados éxitos que ahora quedan en la memoria de nuestra Villa.
Cabe destacar también la pronta disponibilidad que siempre tuvo María Bayo, como madrina de estos Cursos Universitarios de Verano, para apoyar un proyecto con el que se promocionaba lo mejor que tiene su pueblo: el antiguo Monasterio de Fitero, los balnearios, su paisaje y su gente, con una serie de actividades llevadas a cabo con la dignidad que merecían y para las que Fitero fue un marco incomparable.
El formato de los cursos que tuve la oportunidad de dirigir incluía parte de los tres fines de semana de las dos que tenían carácter lectivo. La sesión inaugural se celebraba el primer domingo y, tras la apertura oficial y los actos culturales asociados a ella, se llevaba a cabo un pasacalles a cargo de la Tuna de la Universidad de Navarra, que ayudaba a transformar las calles de la Villa en el contexto estudiantil que durante los días siguientes se vivía en Fitero.
Los cuatro cursos del programa estaban distribuidos en las dos temáticas en las que Fitero podía destacar en Navarra o incluso con carácter general: el Cister y las Ordenes Militares, gracias a que el Patrón de la Villa, San Raimundo de Fitero, fundo la Orden Militar de Calatrava, y la Salud, en clara referencia a las bondades de las aguas termales de Baños de Fitero y a lo saludable de los paseos en los que además de hacer ejercicio se puede disfrutar de los encantos de su paisaje. Se celebraba uno de cada clase simultáneamente durante la primera semana y otros dos en la segunda, con entrega de los correspondientes diplomas y créditos universitarios al final de cada una de ellas. Además, durante el fin de semana intermedio se celebraban las actividades culturales del Paso del Ecuador, entre las que sobresale la primera edición de la representación teatral de la leyenda fiterana de Gustavo Adolfo Bécquer: La Cueva de la Mora, en 2005, así como también para celebrar como merecía sus actos oficiales de clausura.
En la web municipal aún se puede recuperar información sobre los programas académicos y las actividades culturales complementarias de las cuatro ediciones de aquellos inolvidables Cursos Universitarios de Verano en Fitero que entonces pusieron a Fitero en los lugares más destacados de la actividad veraniega que se desarrollaba en Navarra o en las Comunidades Autónomas vecinas de La Rioja, Castilla y León, y Aragón.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Las Navidades de hace un siglo

El próximo día 10 de enero se va a cumplir el primer 110º aniversario del nacimiento del prolífico escritor fiterano Manuel García Sesma (1902-1991) y me gustaría que estas líneas sirvieran de humilde homenaje y agradecimiento a la persona que revitalizó los estudios sobre la Historia de Fitero y a la que tuve la fortuna de conocer. A pesar del tiempo transcurrido desde que ya no está entre nosotros, sus libros todavía siguen conteniendo gran cantidad de información y de noticias que, de otro modo, permanecerían inéditas. Para aquellos que no hayan tenido la oportunidad de tener en sus manos alguna de sus obras, les invito a consultar alguno de los artículos que hay en www.noticiasdefitero.com ya que, en muchos de ellos y como no podía ser de otro modo, se hace referencia a sus trabajos.
Creo que también puede servir como ejemplo del estilo de su obra y de su forma de entender la vida, los fragmentos del relato de sus recuerdos infantiles sobre cómo era la Navidad en Fitero hace un siglo y que reproduzco a continuación: Aunque la mayoría del pueblo era entonces muy pobre, las Navidades de antaño eran, de ordinario, ruidosas y alegres. Al atardecer de la Nochebuena, muchos jóvenes y también algunos mayores recorrían las calles, tocando panderos, hierrillos, chinflainas, castañuelas, panderetas, guitarras, bandurrias y, sobre todo, zambombas de todos los tamaños, que eran los instrumentos más baratos y fáciles de confeccionar. Sabido es que se hacen fácilmente con un bote, con un puchero, con una olla, etc.; un pedazo de piel de cordero o de conejo, una cuerda y un carrizo. Al subir y bajar este último, con una hoja de berza apretada en la palma de la mano, la zambomba produce esas sordas vibraciones, parecidas a los rebuznos de un asno. Contrastaba con este ruido bronco, el sonido armonioso de los árboles de campanillas, que sacaban algunos vecinos, sacudiéndolos con verdadera maestría. Entre los campanilleros de principios de este siglo [XX], se distinguían el Tío Farruco (Marcelino Fernández) e Higinio Fernández, cuyo apodo silenciamos, porque no era precisamente aromático.
Ni qué decir tiene que los bullangueros iban cantando villancicos de todas clases: unos, devotos; y otros, indevotos. Vayan dos ejemplos:
En el portal de Belén
hay una piedra redonda
donde puso Dios el pie,
para subir a la Gloria
Esta noche es Nochebuena
y mañana Navidad
saca la bota, María
que me voy a emborrachar
Otra variante del segundo decía; “Saca la capa, María – que me voy a cortejar”.
Hacia las nueve de la noche, las calles se vaciaban por completo, para celebrar en las casas la tradicional cena familiar. En los hogares, se hacían grandes fogatas bajo la chimenea, “para calentar al Niño”, según se decía; y se tocaban zambombas, chinflainas, castañuelas, panderetas, etc. “para arrullarlo”.
La cena de los vecinos acomodados (labradores, comerciantes y propietarios) solía tener como entrada una buena ensalada de cardo, aderezada con ajos machacados, aceite y vinagre. A continuación, venía un plato de cardo cocido, adobado con tocino frito; en seguida, el plato fuerte: besugo con salsa, o pollo o conejo; después, postres variados: una compota de ciruelas pasas, higos secos, manzanas y orejones cocidos, o uva, peras de invierno y, finalmente, turrón. Todo ello acompañado de una bebida típica, llamada chapurriau, que era una mezcla de arrope con aguardiente. El arrope es mosto cocido, sin fermentar, hasta que toma la consistencia de jarabe. Cuando nevaba, no pocos vecinos lo tomaban con nieve.
La cena de los pobres era más frugal: patatas o habas secas cocidas, pimientos secos de tipo sonajero (los llamaban así, por el ruido que hacían dentro sus pepitas), farinetas, castañas cocidas o asadas, hormigos con leche y, a lo sumo, una barrilla de turrón de cinco céntimos para toda la familia (es decir, un casquillo de turrón de cacahuetes). Para beber, agua del Terrero y vino tinto de la taberna.
Las familias devotas solían rezar el rosario después de la cena, en espera de la Misa de Medianoche, anunciada con gran volteo de campanas. A la Misa del Gallo acudían prácticamente todos los vecinos. O casi todos, pues, una vez preguntaron a un vecino bastante chusco: “¡Qué!, ¿no vienes a la Misa del Gallo?” Y contestó: “No, porque soy belmontista”. Era la época de los taurófilos fanáticos, divididos en dos bandos rivales: gallistas y belmontistas: o sea, partidarios de los famosos matadores, Rafael y Joselito Gómez (los Gallos) y de Juan Belmonte.
En la iglesia, se ponía un belén monumental, a la derecha del presbiterio (izquierda del público) y en la Misa del Gallo, se colocaban delante de él los pastores del pueblo. En nuestro Poemario Fiterano, nos ocupamos ya del curioso rito de la ofrenda de las migas al Niño Jesús y del baile del Tío Maturrillo, para divertirlo. Las migas las freían en el antiguo cementerio, adyacente al templo, y se las comían delante del Nacimiento. Excusado es decir que, en esta Misa, acompañaban al órgano todos los instrumentos navideños citados, de manera que resultaba la función religiosa más estruendosa del año.
En los siguientes días laborables de Navidad, las mujeres y los muchachos, sobre todo, solían visitar el enorme Nacimiento de las Monjas; o sea, de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, instalado en una de sus clases. Su bandeja –que nunca faltaba- se llenaba de perrillas y de ochenas; pero nunca caía en ella un billete de Banco, sino, a lo sumo, alguna rara peseta.
El día 28 de diciembre, fiesta de los Santos Inocentes, era naturalmente el día de las inocentadas. Había entonces en el pueblo mucha afición a ellas, y la mayoría eran inofensivas y vulgares, como la siguiente: “Átese el seladiz de las alpargatas” – “Recoja el pañuelo que se le ha caído” – “Límpiate la frente, que llevas una mancha de hollín” – “Vete a casa del Tío Alejo, que hoy regala anisetes a los niños”, etc. ... Los días 29 y 30 eran de inocentadas infantiles, pues se hacía creer a los niños que, el 29, venía a Fitero el Hombre de las Orejas, que tenía tantas como días tiene el año; y el día 30 el Hombre de las Narices, de análogas características. Según la versión de los mayores, uno y otro se alojaban un día en la Posada del Tío Maturrillo (Manuel Martínez), en el nº. 2 de la calle Mayor; y no pocos niños acudían a la Posada, ofreciendo una perrilla o una ochena al Tío Maturrillo, para que se los dejase ver. Pero el posadero o no asomaba esos días por allí las orejas ni las narices, o, si las asomaba, decía bonachonamente a los niños que se presentaban “Oye, salao: guárdate la perrilla, porque no ha llegado todavía el Tío Orejudo”; o bien: “Mira, linda, guárdate la ochena, porque se ha marchado, hace poco, el Tío Narizotas”.
La Nochevieja era todavía más ruidosa que la Nochebuena, con más música y algazaras callejeras, vino, aguardiente y canciones; pero éstas de otro estilo…
Por supuesto, también se celebraba la Fiesta de los Reyes Magos; pero con bastante más modestia que hoy. Los niños querían a todo trance verlos y recibirlos, pero se les regañaba, diciéndoles que venían, muy avanzada la noche, por la carretera de La Nava, y que, para salir a esperarlos, había que ir al Puente, envueltos en una sábana mojada. Así pues, se contentaban con poner sus zapatos, alpargatas o un canastillo en el balcón o en la ventana de sus casas, para que los Reyes depositaran en ellos sus regalos. Algunos les ponían además una fuente de cebada o de maíz, para que comieran los camellos. Y claro está, los niños saltaban de alegría, al levantarse de la cama, al día siguiente, y descubrir los regalos …
Añadamos, para terminar, que el Belén público, que instala anualmente el Ayuntamiento en la Plazuela de San Antonio, data de la 2.ª mitad de la década de 1950-60.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Los Dragones del Soberano huyeron de los cerveranos

Tras haberse dedicado durante casi tres semanas a fundar el nuevo cuerpo de caballería realista en la Ribera, Fermín Echevarri Salaberri permaneció en Fitero unos días más a la espera de la respuesta a la solicitud de apoyo que había hecho al alcalde de Cervera del Río Alhama, con objeto de continuar su leva en tierras castellanas. Sin embargo, la respuesta no fue la que esperaba el capitán realista ya que en el parte de guerra del día 14 consta que el alcalde primero constitucional de esta villa, único jefe de esta milicia voluntaria y legal, y como primera autoridad del pueblo, enterado del oficio que le había enviado Salaberri contestó airadamente que con respecto a la entrega de armamento, uniformes y demás provisiones de guerra, estoy pronto a entregarlas frente a frente, y con la defensa que es propia de los que juraron ante la faz de la Nación el sistema constitucional y las libertades patrias, y nuevamente nos ratificamos en nuestros sentimientos. Cervera 8 de Agosto de 1822. = Fernando Escudero. = Sres. Gregorio Garcés y Fermín Salaberri.
El resultado fue salir en su busca a las cercanías de Fitero; y habiendo encontrado en la Venta del Baño una avanzada de 10 cerveranos de infantería a 10 facciosos de caballería, les atacaron y obligaron a huir hasta Fitero, en donde tenían el grueso de sus tropas. En esta pequeña escaramuza tuvieron un caballo muerto por la intrepidez de un cerverano, que los persiguió hasta el Olivillo de [Baños de] Fitero; en cuya vista tocaron los facciosos retirada, verificándola hacia Peralta.
Es digna de todo elogio la bizarría de este pueblo, propia de su patriotismo. Los facciosos podrán conseguir ventajas en otros muchos pueblos comarcanos; pero no en Cervera, donde los aguarda la muerte y el exterminio. Bien lo conocen ellos, y así es que se han abstenido de chocar abiertamente con unos hombres que unen el valor a la disciplina y el arrojo a la decisión. No es una exageración decir que Cervera es un pueblo sagrado para ellos; más si en el frenesí de su loco orgullo tratasen de invadir formalmente aquel país, podría serles fatalísimo. Los cerveranos siguen armándose sin estrépito. Han completado ya 14@ balas de Soria, y de Zaragoza esperan una carga. Se van a mandar hacer 50 capotes para la milicia; en fin, este pueblo, que se prepara formalmente para la guerra, despliega una actividad que casi raya en prodigiosa. D. Fermín Escudero, alcalde constitucional y patriota a toda prueba está haciendo servicios de suma importancia.
No obstante, Salaberri había logrado cumplir su misión en la Ribera pues tal como publicó en 1825 el cura párroco de Ustárroz, Andrés Martín, el cirbonero realista se presentó en Lumbier el 16 del corriente con unos 70 caballos, a quienes dio el nombre de Dragones del Soberano, y 180 infantes, que fueron el cuadro del 4º batallón, que luego se acabó de formar con los centenares de jóvenes navarros, que particularmente en aquellos días, venían por todas partes a esta villa.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Fitero, cuartel general de los realistas en la Ribera

Tras las infructuosas incursiones previas por la Ribera de Navarra, según el parte de guerra del 14 de agosto de 1822, los facciosos de Navarra, al mando del ex-Guardia de Corps [y capitán] Salaberri, resentidos del espíritu constitucional que anima a la milicia voluntaria, a la legal y a todos los vecinos de esta villa [Cervera del Río Alhama], incomodados de su exaltación y del empeño con que han perseguido siempre a los enemigos del sistema constitucional; vivamente irritados por la aprehensión de algunos caballos y cuatro facciosos, que condujeron a las cárceles de Ágreda, y por la ocupación de 18 fusiles y varios vestuarios que cogieron en Fitero, reservados para los facciosos en virtud de orden verbal dada por uno de ellos, y convencidos de que la actividad incesante de los cerveranos, su decisión, valor y resolución de morir libres o sepultarse bajo las ruinas de su patria, como lo han comprobado bien, no dejando las armas de la mano desde el 15 de julio último, eran un obstáculo insuperable para llevar a efecto los planes de [Francisco Javier de] Eguía [y López de Letona] y de [Vicente] Quesada, tomaron la resolución de ver si podían seducirlos con engaños a la francesa, prometiéndoles el olvido de lo pasado, a cuyo fin les dirigieron el siguiente oficio:
 Ejército Real de Navarra - Dragones del Soberano
Debiendo llevar a efecto las órdenes que se me han comunicado por S. E. la Junta Gubernativa del ejército Real de Navarra, Aragón y Castilla la Vieja, autorizada por el comandante general del dicho ejército, el mariscal de campo D. Vicente Quesada, como demuestra la copia del original que obra en mi poder, y es como sigue:
Teniendo en consideración las circunstancias que concurren en vmd. [el cirbonero Salaberri], y la de su segundo ayudante mayor de este ejército, he resuelto conferirle el encargo de pasar a la Ribera, Castilla y Aragón, dirigiendo la caballería, con el objeto de aumentarla y organizarla cuanto sea posible, de acuerdo con el teniente coronel D. Gregorio Garcés, hasta que se reúna el comandante general de la misma, con quien acudirá vmd. entonces.
Para el efecto autorizo a vmd. a sacar de los pueblos todos los caballos y monturas, como también el armamento que se encuentre, dando recibos de ellas con su tasación, si hubiere lugar. También recogerá los uniformes que encuentre, y armará la infantería que le sea posible, recogiendo todos los fondos que se llama de bienes nacionales, y embargando los frutos de la misma especie.
Los caballos que se recojan serán distribuidos por vmd. y el teniente coronel D. Gregorio Garcés, sin intervención de otra persona, cuidando de dar los mejores a los más graduados o antiguos, cuando sus propios dueños no se presenten a servir con ellos.
Para llevar a efecto esta importantísima comisión hará vmd. responsables a todas las justicias, a fin de que cooperen al intento, y tomará las demás providencias que crea conducentes a su logro, sin omisión ni contemplación alguna, de la que haré a vmd. en su caso responsable. = Dios guarde a vmd. muchos años. = Cuartel General de Iso a 12 de Julio de 1822. = El comandante general Vicente Quesada.= Sr. D. Fermín Echevarri y Salaberri.
Para evitar consecuencias funestas he tomado la determinación de dirigir a V. S. este mismo oficio, a fin de que por su parte coopere al debido cumplimiento de esta Real orden, haciéndolo presente al señor comandante de la milicia, tanto voluntaria como local, para que reunidos todos en el punto que vmd. tenga por conveniente, tratemos  acordes de la entrega pronta y formal de los expresados artículos; lo que espero se servirá hacer con exactitud, para por este medio lograr se evite la efusión de sangre, y demostrar somos todos españoles, olvidando todo resentimiento bajo nuestra palabra de honor. = Dios guarde a V. muchos años. Cuartel General de Fitero 8 de Agosto de 1822.= Gregorio Garcés = Fermín Salaberri = Sres. alcaldes y comandante de la milicia de Cervera.
Sin embargo, los cerveranos no sólo no respondieron como esperaban los realistas sino que, en menos de una semana, les hicieron frente en los alrededores de Baños de Fitero, expulsándoles de nuevo de la Ribera.