
Cabe destacar también la pronta disponibilidad que siempre tuvo María Bayo, como madrina de estos Cursos Universitarios de Verano, para apoyar un proyecto con el que se promocionaba lo mejor que tiene su pueblo: el antiguo Monasterio de Fitero, los balnearios, su paisaje y su gente, con una serie de actividades llevadas a cabo con la dignidad que merecían y para las que Fitero fue un marco incomparable.
El formato de los cursos que tuve la oportunidad de dirigir incluía parte de los tres fines de semana de las dos que tenían carácter lectivo. La sesión inaugural se celebraba el primer domingo y, tras la apertura oficial y los actos culturales asociados a ella, se llevaba a cabo un pasacalles a cargo de la Tuna de la Universidad de Navarra, que ayudaba a transformar las calles de la Villa en el contexto estudiantil que durante los días siguientes se vivía en Fitero.
Los cuatro cursos del programa estaban distribuidos en las dos temáticas en las que Fitero podía destacar en Navarra o incluso con carácter general: el Cister y las Ordenes Militares, gracias a que el Patrón de la Villa, San Raimundo de Fitero, fundo la Orden Militar de Calatrava, y la Salud, en clara referencia a las bondades de las aguas termales de Baños de Fitero y a lo saludable de los paseos en los que además de hacer ejercicio se puede disfrutar de los encantos de su paisaje. Se celebraba uno de cada clase simultáneamente durante la primera semana y otros dos en la segunda, con entrega de los correspondientes diplomas y créditos universitarios al final de cada una de ellas. Además, durante el fin de semana intermedio se celebraban las actividades culturales del Paso del Ecuador, entre las que sobresale la primera edición de la representación teatral de la leyenda fiterana de Gustavo Adolfo Bécquer: La Cueva de la Mora, en 2005, así como también para celebrar como merecía sus actos oficiales de clausura.
En la web municipal aún se puede recuperar información sobre los programas académicos y las actividades culturales complementarias de las cuatro ediciones de aquellos inolvidables Cursos Universitarios de Verano en Fitero que entonces pusieron a Fitero en los lugares más destacados de la actividad veraniega que se desarrollaba en Navarra o en las Comunidades Autónomas vecinas de La Rioja, Castilla y León, y Aragón.
El formato de los cursos que tuve la oportunidad de dirigir incluía parte de los tres fines de semana de las dos que tenían carácter lectivo. La sesión inaugural se celebraba el primer domingo y, tras la apertura oficial y los actos culturales asociados a ella, se llevaba a cabo un pasacalles a cargo de la Tuna de la Universidad de Navarra, que ayudaba a transformar las calles de la Villa en el contexto estudiantil que durante los días siguientes se vivía en Fitero.
Los cuatro cursos del programa estaban distribuidos en las dos temáticas en las que Fitero podía destacar en Navarra o incluso con carácter general: el Cister y las Ordenes Militares, gracias a que el Patrón de la Villa, San Raimundo de Fitero, fundo la Orden Militar de Calatrava, y la Salud, en clara referencia a las bondades de las aguas termales de Baños de Fitero y a lo saludable de los paseos en los que además de hacer ejercicio se puede disfrutar de los encantos de su paisaje. Se celebraba uno de cada clase simultáneamente durante la primera semana y otros dos en la segunda, con entrega de los correspondientes diplomas y créditos universitarios al final de cada una de ellas. Además, durante el fin de semana intermedio se celebraban las actividades culturales del Paso del Ecuador, entre las que sobresale la primera edición de la representación teatral de la leyenda fiterana de Gustavo Adolfo Bécquer: La Cueva de la Mora, en 2005, así como también para celebrar como merecía sus actos oficiales de clausura.
En la web municipal aún se puede recuperar información sobre los programas académicos y las actividades culturales complementarias de las cuatro ediciones de aquellos inolvidables Cursos Universitarios de Verano en Fitero que entonces pusieron a Fitero en los lugares más destacados de la actividad veraniega que se desarrollaba en Navarra o en las Comunidades Autónomas vecinas de La Rioja, Castilla y León, y Aragón.