domingo, 14 de agosto de 2011

El bardal sin espinas de Fitero

El bardal, la barda o zarzamora, cuyo género botánico recibe el nombre de Rubus, es una planta de la familia de las rosáceas. Se caracteriza por ser leñosa, con tallos flexibles llenos de espinas, como sus lobuladas hojas, cuya nervadura también está cubierta de espinas y, además, por tratarse de una planta invasora se suele o solía colocar como complemento a los vallados. De ahí que se haya generalizado su nombre y también se llame barda a las tapias que circundan una propiedad.
Las pequeñas flores de la barda son blancas o rosadas y, en cualquier caso, se agrupan en racimos que aparecen en los extremos de sus tallos como antecedente de sus frutos, las moras, que son grupos de numerosas drupas unidas entre sí y que primero son de color verdes luego rojas y, cuando completan su madurez, pasan a ser de un color morado tan oscuro que casi parecen negras. De ahí su nombre pues procede del latín Maurus, que significa negro o,  mejor dicho, oscuro o moreno, palabra ésta que comparte su origen con la de mora y moro.
En Fitero, cuya Patrona es la Virgen de la Barda o del bardal, desde 1785, tanto en el huerto que hay en el interior del claustro del antiguo monasterio cisterciense como en alguno de los huertos que pertenecieron a éste, como por ejemplo, el que hubo en la  actual Plaza de los Ábsides, en cuyos restos todavía se da una variedad de bardal que carece de espinas y que, por tanto, no es una planta silvestre sino que, en realidad, se trata de una especie modificada genéticamente por medio de la selección de las plantas cultivadas, para facilitar la explotación de sus frutos.
Lo más seguro es que fuera importada por los monjes cistercienses para sus jardines o que alguno de estos frailes fuera jardinero y se dedicase a cultivar variedades que acabaron dando ésta que no tiene espinas. Aunque como la variedad sin espinas, por mucho que así lo crean algunos, no sólo se da en Fitero sino también en muchas otras partes del mundo, vamos que no es sólo autóctona de Fitero, lo más probable es que esta variedad que hubo en el antiguo monasterio fuera importada por los monjes.