lunes, 31 de octubre de 2011

La vida en 1868 (y III)

El relato de Tomás Lletget Caylá acerca de cómo era la vida en Fitero, en 1868, acababa diciendo: Gracias a los esfuerzos que se hacen, es posible, y aún probable, que para más adelante se observe alguna mejora, algún notable progreso en la cultura intelectual de los habitantes de Fitero, tan descuidada por desgracia hasta el presente. De entre 2752 que componen el vecindario, leen y escriben 356: leen sólo 200, y carecen completamente de instrucción 2016 ... !!
Produce el país, unos años con otros, 120.000 @ de vino y 6.000 de aceite; además de los cereales, que algunos años se pierden por la escasez de aguas; de las legumbres, de las frutas y de las hortalizas, que son muy abundantes y de buena calidad.
Ningún adelanto, ninguna invención moderna se ha introducido en los sistemas de cultivo, y el patriarcal arado y la antigua azada continúan siendo los instrumentos preferidos, los únicamente empleados. Una parte no despreciable de las tierras se quedan sin abono por la escasez de los estiércoles, sin embargo de que, según se verá luego, cuenta el pueblo con más 11.000 cabezas de ganado lanar.
Lo que he dicho de los sistemas de cultivo se puede aplicar a la elaboración de vinos y aceites: nada ha variado desde los tiempos más remotos, y, lo que es peor aún, la escasez de envases y la mala disposición de las bodegas hacen no sólo que sean desconocidos los procedimientos de clarificación, sino que, salvas algunas excepciones, ni siquiera se efectúen los de simple trasiego.
El vino que por su mucho color, fuerza y pureza tiene bastante estima para la exportación, no es el más a propósito para vino de pasto por su sabor demasiado dulce.
La alpargatería y la destilación de vinos constituían antes las únicas industrias del pueblo. La primera mantiene un gran número de familias, pues hasta las mujeres, desde la edad de ocho a diez años, trabajan ya en este ramo, y aunque el jornal que ganan no es crecido, es sin embargo un alivio no despreciable para sus familias.
La fabricación de jabones ha adquirido cierta importancia de algún tiempo a esta parte, sobre todo desde que los Sres. Alfaro y Hermano levantaron la elegante fábrica que se halla a la salida del pueblo. Sus productos tienen grande aceptación en diferentes provincias, y especialmente en la Rioja.
El comercio es casi nulo, y tanto la importación como la exportación la efectúan exclusivamente personas de fuera del pueblo.
Consistía la riqueza pecuaria, según el censo de 1865, en las cabezas de ganado siguientes: Caballar 47, Mular 128, Asnal 363, Lanar 11.515, Cabrío 248 y de Cerda 64; Total 12.365 repartidas entre 469 propietarios, siendo de notar que tanto el ganado lanar como el cabrío están empleados, casi en su totalidad, en la reproducción.
El total de la riqueza imponible en Fitero se eleva a la suma de de escudos 35.821, y paga de contribución: Por el Cupo Foral 3.739,3 escudos. Por el de Culto y Clero 3.461,8 escudos.