martes, 19 de abril de 2011

Término Aranjuela (La Granjuela)

Por en medio de La Vega del río Añamaza, poco antes de que el curso de éste gire hacia el Este, internándose en el término de los Hortales y después en el de las Dehesillas Altas para acabar desembocando en el río Alhama por la margen derecha de éste, discurre el límite entre La Rioja y Navarra, o lo que es lo mismo, entre Cervera del Río Alhama y Fitero.
En el lado fiterano de La Vega hay un término que ahora se conoce como la Aranjuela o, como aún figuraba en los años 80 del pasado siglo: La Granjuela, relacionándolo con la existencia de una pequeña granja ya desaparecida. También da nombre este topónimo a la acequia que allí sale del río Añamaza para regar mejor los ricos cultivos de su margen derecha, así como a las ruinas del corral de la Aranjuela, que está en lo alto del monte que hay a su vera.
No debe ser casualidad que, justo en el lado cerverano de La Vega que hay enfrente de la Aranjuela, se denomine precisamente La Granja. Quizá porque todos estos nombres, los de uno y otro lado de la frontera, hagan referencia al recuerdo de una pequeña granja cisterciense con la que los monjes de Fitero debieron atender sus propiedades en La Vega, que así es como estos monjes denominaban a los prioratos rurales de los que se servían para poder desempeñar mejor las labores agrícolas en las propiedades ubicadas lejos del monasterio (como por ejemplo fue el de Niencebas (despoblado de Alfaro) después de que sus monjes se trasladaran a Fitero y lo convirtieran en granja, o como fue la granja de Yerga (Autol), desde sus orígenes ya que ésta nunca llegó a ser monasterio). Esta granjuela debió ser posterior a la despoblación de la villa castellana de Tudején (despoblado de Fitero) en el siglo XIII, a la que pertenecía este término, y debió quedar en desuso antes de la desamortización de 1835.
Convendría corregir el nombre Aranjuela por el de La Granjuela, así como centrar la ubicación de este topónimo todo el terreno de montes existente entre la acequia de La Granjuela, en La Vega, y Los Blancares, así como entre San Valentín y la Dehesa de los Cuévanos, tal como consta en un mapa de mediados del siglo XVII en el que se describen los términos del monasterio de Fitero. Aunque entonces, toda La Vega del Añamaza, hasta la acequia que discurre por la izquierda de este río, pertenecía al Monasterio de Fitero y era entera de Navarra, no como ahora.