miércoles, 25 de mayo de 2011

El Atalaya F. C.: "Dejaime, que llevo botas"

Tras la breve trayectoria futbolística del Calatrava F. C., entre 1924 y 1927, la afición por el fútbol en Fitero no desapareció completamente tras la muerte de su principal promotor José Luis Armas Mayor sino que, hacia 1928, como publicó Manuel García Sesma, simplemente se reorganizó alrededor de un nuevo equipo, el Atalaya F. C., fundado por el aparejador de obras, Bonifacio Frías Moreno, el cual dibujó el escudo triangular de su equipo, que representaba el monte de la Atalaya de los Cascajos, con la Cruz de su vértice. Su traje era camiseta roja y pantalón azul.
Su capitán fue Víctor Alfaro González y los restantes jugadores, Javier Falces, Eugenio Sánchez, Secundino Andrés, Jesús Muro, Carmelo Pina, Ángel Mustienes, Carmelo Escudero, José María Pina, Jesús Jiménez, Serafín Magaña Huete, Castor Ruiz de Mendoza y Amador Maculet.
También el Atalaya tuvo una vida efímera, pues su equipo empezó a utilizar sin permiso el mismo campo del Calatrava y un día se lo encontraron labrado. Entonces convinieron con los propietarios en pagarles una renta anual anticipada de 60 pesetas. Pero como el número de socios no llegaba a la veintena y andaban más que escasos de dinero, al tercer año no pudieron pagarla y, un buen día, les quitaron los marcos de las porterías y feneció el Atalaya. El único recuerdo curioso que queda de él fue el grito de Amador Maculet: "Dejaime, que llevo botas", pidiendo que le dejasen lanzar un tiro de penalty, porque los demás llevaban alpargatas.
Al igual que José Luis Armas Mayor y Miguel Yanguas Lozano, promotores del primer equipo de fútbol que hubo en Fitero, el Calatrava F. C., también mereceía que los actuales miembros de este equipo así como su Junta Directiva y el resto de los socios, les recordaran y les reconocieran a aquellos dos pioneros y a Bonifacio Frías Moreno el mérito que tuvieron al sacar adelante estas dos primeras etapas de la historia del fútbol fiterano. Especialmente, en una época en la que el fútbol no tenía la repercusión mediática ni de masas que hoy tiene este deporte ya que, por entonces, ni siquiera se había organizado aún el primer Campeonato Mundial de Fútbol, que tuvo lugar en Uruguay, en 1930.
Además, cabe destacar que a esta etapa del fútbol fiterano se deben los colores del actual equipamiento del Calatrava F. C. y eso, en sí mismo, también es un hito histórico que merece ser recordado.