sábado, 21 de mayo de 2011

El Paseo del Barranco de los Palomares

El pamplonés Pascual Madoz Ibáñez, al tratar acerca de la voz Fitero, en el tomo VIII de su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, recogió la noticia de la reconstrucción del puente fiterano sobre el río Alhama que se realizó en 1843, añadiendo que con este motivo, se ha hecho a su bajada opuesta [esto es, la margen derecha del Alhama], un hermoso paseo [del Barranco] de 4 hileras de árboles y 400 pasos de largo que progresa extraordinariamente y que hace la delicia de la población que lo frecuenta. Pues bien, el barranco que dio nombre al actual Paseo del Barranco era el que antiguamente se llamaba el Barranco de los Palomares. Al menos así figura en un mapa de mediados del siglo XVII en el que se describen diversos términos y propiedades del desaparecido monasterio cisterciense de Fitero. Debiéndose el nombre de los palomares a las construcciones que con esta finalidad y con permiso del Sr. Abad debieron construir en este barranco los fiteranos del citado siglo. Si bien, cuando en 1903 se renombró como Paseo de San Raimundo a la Plaza de Magallón, que había sido abierta e inaugurada en 1883, junto a las dependencias del Palacio del Abad y la Hospedería del desamortizado monasterio cisterciense de Fitero, también se provocó que al Paseo del Barranco se le pasara a conocer coloquialmente como Paseo Viejo.
Recientemente, hace tan sólo unas semanas, han comenzado las obras de ampliación de las instalaciones de la Bodega Cooperativa San Raimundo Abad, adquirida a mediados de 2010 por la empresa riojana Bodegas Ontañón. Entre las primeras fases de este ambicioso proyecto de mejora y modernización que afectan a esta bodega fiterana se ha realizado ya el desmonte de buena parte del tramo final de la margen derecha del Barranco de los Palomares, construyéndose en la nueva y amplia explanada recién abierta los cimientos de las nuevas dependencias de esta bodega, junto al muro trasero del edificio principal de la citada bodega cooperativa que fue construido en la margen izquierda del barranco. Bodega cuyos silos de acero externos limitaban con el extremo oriental del Paseo del Barranco, justo donde el paseo lindaba con el que hasta ahora era un estrecho barranco. Por lo que cuando estén acabadas estas obras, cambiará la fisonomía y el paisaje del Paseo del Barranco de los Palomares y, si no se pone cuidado en ello, dejará de ser uno de los rincones más atractivos para disfrutar de la Naturaleza para, con el tiempo, ser una especie de parque urbano anexo a un polígono industrial.