Francisco Espoz Ilundain, conocido como Francisco Espoz y Mina, comenzó su carrera militar en 1808, incorporándose al año siguiente al Corso terrestre de Navarra, que estaba bajo las órdenes de su sobrino, Francisco Javier Mina. De quien acabó tomando su apellido y a quien sucedió al frente de esta partida de guerrilleros de Navarra, una vez que éste fue hecho prisionero por los franceses, en Marzo de 1810. Pocos meses después, a primeros de Agosto, dio comienzo la gran persecución de las tropas del emperador Napoleón I Bonaparte, entre las que llegaron a participar 20.000 hombres bajo el mando de seis generales franceses contra los guerrilleros de Espoz y Mina, que contaba con 3.000 soldados y que ya habían comenzado a autodenominarse como la División de Navarra.
José María Iribarren registró que esta implacable operación de caza, que había de durar mes y medio en Navarra y había de acabar obligando a las tropas de Espoz a atravesar el Ebro y meterse en Castilla, debió comenzar el 6 de agosto. Acosado por las tropas imperiales, Espoz y sus menguadas tropas ya que entre bajas, rezagados y dispersos tras haber recorrido 800 kms., se habían reducido a menos de la mitad: unos 1.200 de infantería y unos 80 de caballería, se retiraron a Fitero el 18 de Septiembre de 1810, haciendo acampar a su gente en las viñas del pueblo, mientras el enemigo, "cansado sin duda -dice el Historial del 2.º Regimiento- con las marchas y contramarchas que había hecho sin fruto alguno, cesó en su persecución, retirándose a la ciudad de Tudela. Seguramente y como antes hicieran las tropas de Sertorio, en el invierno del 77-76 a. C., las de Espoz también debieron acampar en la actual Dehesa de Ormiñén y después de pasar allí varios días, hasta final de septiembre, según escribió el propio Espoz en sus memorias, emprendieron un trayecto bastante similar al llevado a cabo por aquél, de acuerdo con la continuación del relato de esta campaña que hizo José María Iribarren, diciendo que dejamos a las tropas de la División durmiendo al raso en las cargadas viñas de Fitero. Al llegar a este pueblo navarro, Espoz recibió el aviso de que habían llegado a Tudela fuerzas de caballería francesas (eran las que mandaba Pannetier, las que no se atrevieron a cruzar el Ebro por Cadreita). Al día siguiente supo que estas fuerzas marchaban a buscarle. No tenía más remedio que huir. Pasó a la Rioja, descansó aquella noche en los montes rojizos de Cervera del Río Alhama, y al día siguiente se dirigió por las alturas de Aguilar, a Castel Ruiz (hoy Castilruiz), en la alta y pedregosa meseta soriana, a vista del Moncayo. Alejándose así el teatro de la guerra a otro escenario distinto y distante del valle del Alhama, a pesar de que Espoz no tardó mucho en regresar al viejo reino, con el grado de coronel y como Comandante General de las guerrillas de Navarra.
En la División de Navarra, como publicó Manuel García Sesma, llegaron a participar 50 fiteranos, incluyendo dos oficiales: un Teniente Capitán de infantería, Benigno Jaso, y un Subteniente Capitán de infantería, Joaquín Navascués Huarte, que falleció a consecuencia de las heridas sufridas en una caída durante una acción de la guerrilla. Siendo un total de nueve los fiteranos fallecidos pues a este oficial hay que añadir los soldados: José Acarreta, José Duarte, Felipe Díaz y Bartolomé Blanco, que fallecieron en este tipo de acciones, Francisco Jiménez Bermejo y Celestino Zapater, que lo hicieron en el Campo del Honor, así como Andrés Jiménez y Juan Navarro, por causas desconocidas. Además otro fiterano quedó inutilizado a causa del frío soportado, Pantaleón Pina, otro resultó herido en una acción en el Carrascal, Manuel Aréjula, y otro cayó prisionero, Florencio Ramos. A los que hay que añadir los que volvieron a Fitero sin consecuencias, que fueron: Simón Pina, Gregorio Yanguas Aliaga, Atanasio González, Gregorio y Manuel Acarreta, Ángel Moreno, Cosme Latorre, Crispín González, Fermín Prado, Manuel Aragón, Valentín Gómez, Zendez Sanz, Manuel Jiménez Vitoria, José Bermejo, Antonio Sainz, Lucas y Rafael Berrozpe, Juan Lacruz, Sebastián Luis, José Bea, Antonio González, Mariano Jaso, Manuel Mateo, Justo Jiménez, Eusebio Berrozpe, José Cordón, Manuel Rodríguez, José y Nolasco Gómara, Rafael Jiménez, Julián Lasanta, Ángel Pina, Miguel Jiménez, Francisco Sola, Manuel Jiménez Lozano, Saturnino Magaña y Patricio Álvarez.
Por otra parte, José María Iribarren también recogió que con objeto de debilitar el apoyo popular a los guerrilleros, Napoleón I Bonaparte había declarado proscrita toda la División de Navarra, desde el 28 de Septiembre de 1810, ordenando que los padres, hermanos y parientes de los voluntarios serían despojados de todos sus bienes y encarcelados. Lo que explica las citas que también hizo Manuel García Sesma acerca de que Inés Pérez, mujer de Gregorio González, fue conducida presa a Tudela y puesta en la cárcel pública, donde permaneció veinte días por causa de tener un hijo sirviendo en la División de Navarra, y que lo mismo le ocurrió a Isabel González, mujer de Juan Blanco, que también estuvo presa siete meses en Tudela por ser la madre del citado Bartolomé.
José María Iribarren registró que esta implacable operación de caza, que había de durar mes y medio en Navarra y había de acabar obligando a las tropas de Espoz a atravesar el Ebro y meterse en Castilla, debió comenzar el 6 de agosto. Acosado por las tropas imperiales, Espoz y sus menguadas tropas ya que entre bajas, rezagados y dispersos tras haber recorrido 800 kms., se habían reducido a menos de la mitad: unos 1.200 de infantería y unos 80 de caballería, se retiraron a Fitero el 18 de Septiembre de 1810, haciendo acampar a su gente en las viñas del pueblo, mientras el enemigo, "cansado sin duda -dice el Historial del 2.º Regimiento- con las marchas y contramarchas que había hecho sin fruto alguno, cesó en su persecución, retirándose a la ciudad de Tudela. Seguramente y como antes hicieran las tropas de Sertorio, en el invierno del 77-76 a. C., las de Espoz también debieron acampar en la actual Dehesa de Ormiñén y después de pasar allí varios días, hasta final de septiembre, según escribió el propio Espoz en sus memorias, emprendieron un trayecto bastante similar al llevado a cabo por aquél, de acuerdo con la continuación del relato de esta campaña que hizo José María Iribarren, diciendo que dejamos a las tropas de la División durmiendo al raso en las cargadas viñas de Fitero. Al llegar a este pueblo navarro, Espoz recibió el aviso de que habían llegado a Tudela fuerzas de caballería francesas (eran las que mandaba Pannetier, las que no se atrevieron a cruzar el Ebro por Cadreita). Al día siguiente supo que estas fuerzas marchaban a buscarle. No tenía más remedio que huir. Pasó a la Rioja, descansó aquella noche en los montes rojizos de Cervera del Río Alhama, y al día siguiente se dirigió por las alturas de Aguilar, a Castel Ruiz (hoy Castilruiz), en la alta y pedregosa meseta soriana, a vista del Moncayo. Alejándose así el teatro de la guerra a otro escenario distinto y distante del valle del Alhama, a pesar de que Espoz no tardó mucho en regresar al viejo reino, con el grado de coronel y como Comandante General de las guerrillas de Navarra.
En la División de Navarra, como publicó Manuel García Sesma, llegaron a participar 50 fiteranos, incluyendo dos oficiales: un Teniente Capitán de infantería, Benigno Jaso, y un Subteniente Capitán de infantería, Joaquín Navascués Huarte, que falleció a consecuencia de las heridas sufridas en una caída durante una acción de la guerrilla. Siendo un total de nueve los fiteranos fallecidos pues a este oficial hay que añadir los soldados: José Acarreta, José Duarte, Felipe Díaz y Bartolomé Blanco, que fallecieron en este tipo de acciones, Francisco Jiménez Bermejo y Celestino Zapater, que lo hicieron en el Campo del Honor, así como Andrés Jiménez y Juan Navarro, por causas desconocidas. Además otro fiterano quedó inutilizado a causa del frío soportado, Pantaleón Pina, otro resultó herido en una acción en el Carrascal, Manuel Aréjula, y otro cayó prisionero, Florencio Ramos. A los que hay que añadir los que volvieron a Fitero sin consecuencias, que fueron: Simón Pina, Gregorio Yanguas Aliaga, Atanasio González, Gregorio y Manuel Acarreta, Ángel Moreno, Cosme Latorre, Crispín González, Fermín Prado, Manuel Aragón, Valentín Gómez, Zendez Sanz, Manuel Jiménez Vitoria, José Bermejo, Antonio Sainz, Lucas y Rafael Berrozpe, Juan Lacruz, Sebastián Luis, José Bea, Antonio González, Mariano Jaso, Manuel Mateo, Justo Jiménez, Eusebio Berrozpe, José Cordón, Manuel Rodríguez, José y Nolasco Gómara, Rafael Jiménez, Julián Lasanta, Ángel Pina, Miguel Jiménez, Francisco Sola, Manuel Jiménez Lozano, Saturnino Magaña y Patricio Álvarez.
Por otra parte, José María Iribarren también recogió que con objeto de debilitar el apoyo popular a los guerrilleros, Napoleón I Bonaparte había declarado proscrita toda la División de Navarra, desde el 28 de Septiembre de 1810, ordenando que los padres, hermanos y parientes de los voluntarios serían despojados de todos sus bienes y encarcelados. Lo que explica las citas que también hizo Manuel García Sesma acerca de que Inés Pérez, mujer de Gregorio González, fue conducida presa a Tudela y puesta en la cárcel pública, donde permaneció veinte días por causa de tener un hijo sirviendo en la División de Navarra, y que lo mismo le ocurrió a Isabel González, mujer de Juan Blanco, que también estuvo presa siete meses en Tudela por ser la madre del citado Bartolomé.