En 1714, según recogen los memoriales del antiguo Monasterio de Fitero, se destruyó el Puentecillo del Humilladero o de Mari Lobera, que estaba situado sobre el río de Piedra, justo delante del puente sobre el río Alhama, entonces conocido como Puente Mayor, que aún se conserva y que pronto se ampliará, con motivo de las obras que están a punto de comenzar en la carretera local NA-6900. El objeto de este puentecillo era el de facilitar el paso por encima de la acequia de sillares de piedra que daba nombre a este río, cuyo curso estuvo al descubierto hasta bien entrado el pasado siglo y cuyo cauce aún se extrae por la margen izquierda del Alhama, en la presa de Solosoto. La antigüedad de este río de Piedra es coetánea a la de la instalación de los cistercienses en la villa castellana de Tudején (despoblado de Fitero), que data de 1152, y su finalidad fue la de alimentar al salto hidráulico del desaparecido molino del Monasterio de Castellón o primer Monasterio de Fitero. Cenobio del que todavía se conservan algunas ruinas de lo que fue su primitiva iglesia antes de que fuera desacralizada, cuando se edificó el segundo y monumental Monasterio de Fitero, y transformada en parte del trujal que después se construyó allí mismo.
Para reedificar el recién destruido Puentecillo del Humilladero, los representantes de la Villa pidieron al monasterio que contribuyera con maderas y leña pero éste se negó, alegando que no tenía obligación de contribuir a los reparos de fuentes, puentes, etc. Por lo que los vecinos tuvieron que construirlo por sus propios medios, haciéndolo muy reducido y estrecho, de modo que no podían pasar las galeras del monasterio ni aún las yuntas uncidas. Situación que ocasionó grandes perjuicios a los cistercienses ya que las galeras del monasterio pasaban por la misma cequia pues estaba el sitio de modo que se podía pasar por la agua y en este estado estuvo muchos años, debido al pique que mantuvieron con la Villa. Esta enrarecida convivencia hizo que el monasterio no estuviera dispuesto a mejorar la situación de este puente, llegando a impedir por la vía judicial que la propia Villa lo ampliara. Aunque finalmente ambas partes se avinieron y el monasterio cedió una galera, durante dos días, para que con ella acarrearan los vecinos los materiales necesarios para la obra de ampliación.
Recientemente, cuando se hicieron las obras de la nueva rotonda o glorieta, que se inauguró el 14 de enero de 2010, se desvió un tramo del curso del río de Piedra. Precisamente el que discurre por el lugar en el que debió estar ubicado este puentecillo y que ahora ha quedado cubierto por dicha rotonda. Por lo que es una lástima que no se aprovechara la ocasión para haber llevado a cabo las correspondientes excavaciones arqueológicas que podrían haber aportado algún detalle más acerca de este canal del siglo XII y de los posibles restos del desaparecido Puentecillo del Humilladero. No obstante, como la rotonda del Humilladero aún no tiene nombre, quizá se le pueda denominar como la rotonda de Mari Lobera y así aprovechar para que se recuerde la historia del puentecillo que hubo en este lugar.