Se desconoce su origen, tan sólo se sabe que entre 1124 y los primeros meses de 1134 fue uno de los principales caballeros en la corte de Alfonso Sánchez I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona, disfrutando de las tenencias navarras de Marañón, Estella y Aibar. Por estas fechas Pedro Tizón debió enemistarse con su rey y, aunque le había acompañado en buen número de batallas y hasta había participado en el infructuoso asedio de la plaza musulmana de Fraga (Huesca), parece que entonces fue uno de los nobles que se sublevaron quizá porque no estaban de acuerdo en que el reino lo fuesen a heredar las Órdenes Militares: Templarios, Hospitalarios y del Santo Sepulcro.
Desde que en 1128 el rey de Aragón y Pamplona decidiera reforzar sus posiciones en la Extremadura Soriana, ante un posible ataque de los vecinos de Castilla y León, Pedro Tizón también fue tenente de Cervera del Río Alhama y Monteagudo. Allí debieron llegarle las noticias de la inesperada muerte de Alfonso I, decidiendo entonces decantarse por el candidato a la Corona de Aragón y Pamplona, Ramiro Sánchez II el Monje, frente a la de García Ramíez IV el Restaurador, lo que ocasionó que aquél le beneficiara con la tenencia de Valtierra. Aunque la perdiera unos meses después, como consecuencia del Pacto de Vadoluengo (despoblado de Sangüesa), ratificado por ambos candidatos en los primeros días de Enero de 1135, cuando García IV pasó a ser el rey del recién restaurado reino de Pamplona bajo el dominio de Ramiro II de Aragón y Pamplona, y a pesar de que éste le compensó con la tenencia de Pedrola (Zaragoza), Pedro Tizón decidió pasar al servicio de García IV, a cuyo servicio estuvo durante el resto de su reinado y con quien también disfrutó de las tenencias de Cadreita y Caparroso. Tras la muerte de éste, Pedro Tizón, que ya era cofrade templario, profesó en Junio de 1154 como caballero templario en la encomienda que esta Órden Militar tenía en Novillas (Zaragoza), en la que después fue Maestro durante varios años, antes de acabar sus días como simple caballero templario poco después de Mayo de 1169.
Pedro Tizón se casó dos veces, una con Sancha, de la que parece que no tuvo descendencia, y otra con Toda, con la que al menos tuvo una hija y también a Jimeno Pérez, el que se casó con Eva de Finojosa y fue padre del arzobispo de Toledo y gran benefactor del Monasterio de Fitero: Rodrigo Ximénez de Rada. Por su parte, el propio Pedro Tizón junto a Toda también fueron benefactores de Fitero pues cuando la comunidad cisterciense dirigida por San Raimundo de Fitero aún estaba en su sede provisional de Niencebas (despoblado de Alfaro) y llevaba allí sólo unos cuantos meses, le donaron a éste una importante heredad que tenían en esta recién desierta villa, en 1141.
La tradición cisterciense de Fitero quiso vincular el sepulcro del siglo XIV que hay en el presbiterio de la Iglesia del antiguo monasterio con Rodrigo Ximénez de Rada, haciendo creer que éste quería haber sido enterrado allí en 1247, pocos días antes de que se consagrase la iglesia del segundo monasterio cisterciense y hoy Parroquia de Fitero, en vez de en el Monasterio de Huerta (Soria), que es donde reposan sus restos, de acuerdo con su voluntad. Fracasado este intento de vincular el monasterio con sus benefactores, también propagaron los monjes la noticia de que en el interior de dicho sepulcro se encontraba una arqueta antigua con los restos del nieto de éste, Pedro Tizón, que, por cierto, no sabemos si fue así pero sí que no fue conde y que tampoco vivió en el Cortijo de Fitero.