El Beato Juan de Palafox nació un 24 de junio del año 1600, en el establecimiento más antiguo de Baños de Fitero que, desde 1973 y como recuerdo de este acontecimiento, se denomina Virrey Palafox. La habitación en la que vio la luz este insigne fiterano estaba ubicada en el primer piso del balneario, junto a la capilla antigua y debió desaparecer en las obras de ampliación de ésta, llevadas a cabo en 1968. De modo que sólo queda su recuerdo y la cercana y reconstruida Ermita de la Soledad, ubicada en la Peña del Baño y en la que parece ser que Juan de Palafox pasó sus primeras horas de vida sólo y abandonado.
Manuel García Sesma recogió en su Poemario Fiterano, publicado en 1969, noticias relativas a los 9 años que Juan de Palafox pasó en la Villa, así como que según una antigua tradición, Palafox vivió con sus padres adoptivos, en la casa nº. 33 de la calle de En Medio, actualmente de Palafox, como lo recordaba una pequeña lápida de marmol, colocada en su fachada y descubierta solemnemente el 10 de septiembre de 1960. Dicha casa fue derribada en 1967, a causa de su estado ruinoso y, en su solar, se levantó otro edificio, que ostenta una lápida análoga. Lo más probable es que la placa original fuera colocada como consecuencia de la celebración, en 1959, del tercer centenario de la muerte de Juan de Palafox en El Burgo de Osma, y que fuera entonces cuando la Calle de En Medio fuera renombrada como Calle Palafox o Venerable Palafox.
Sin embargo, con motivo de los actos de preparación del cuarto centenario del nacimiento de Juan de Palafox en Baños de Fitero, Ricardo Fernández Gracia publicó un trabajo acerca de la infancia de éste en Fitero y destacó que esta familia [la de los padres adoptivos de Juan de Palafox: Pedro Navarro, sastre y encargado de los Baños termales del monasterio, y Ana San Juan, y los hijos de ambos] no vivía en la calle del Medio, actual Palafox, tal y como repite la tradición local, sino en el Cortijo. La confusión tiene su origen en el hecho comprobado de que los últimos miembros de la familia trasladaron, en pleno siglo XVII, su vivienda a la calle del Medio y cuando quisieron rememorar y buscar las raíces palafoxianas de Fitero, por motivos obvios, había desaparecido la huella de la primera mansión de los Navarro-San Juan. Es posible que esta explicación sea la causa por la que el citado inmueble de la Calle Palafox no figure entre los recogidos en el Plan Municipal de Urbanismo de Fitero con derecho a Protección Medioambiental o quizá por ello y también porque el edificio fue reconstruido completamente hace casi medio siglo.
No obstante, dado que el pasado 5 de junio, Juan de Palafox dejó de ser Venerable para ser Beato y que, el 27 de junio, José María García Lahiguera también ha pasado a ser Venerable, no estaría mal que el Ayuntamiento de Fitero, interesado como está en recordar la memoria de éstos y otros ilustres fiteranos, actualizara los nombres de las calles a ellos dedicadas pues no todos los años se producen unos cambios tan importantes para la Historia de Fitero. Ya puestos, tampoco estaría mal que moviera de sitio alguna que otra señal que hay en la Calle Palafox y que casi tapa la citada placa conmemorativa así como la propia placa que registra el nombre de la calle.