El pasado 27 de junio, el Papa Benedicto XVI recibió al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y autorizó la promulgación de varios decretos de este dicasterio. Entre ellos se encontraba el decreto de reconocimiento de las virtudes heroicas de José María García Lahiguera, que había nacido el 9 de marzo de 1903 en Fitero. Cuyo centenario celebró el Ayuntamiento de Fitero, colocando una placa conmemorativa en el monumento de la Cruz de la Atalaya que este insigne fiterano inauguró y bendijo en septiembre de 1973, justo el año en que también se cumplían 30 años de este acontecimiento.
José María García fue sacerdote diocesano en Madrid, llegando a ser obispo titular de Zela y obispo auxiliar de Madrid-Alcalá, antes de ser obispo de Huelva y arzobispo de Valencia. Falleció el 12 de julio de 1989 en Madrid y fue el fundador, junto a María del Carmen Hidalgo de Caviedes, de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, erigida de Derecho Pontificio el 24 de enero de 1967 y cuyo carisma es orar por la santificación de los sacerdotes.
Afortunadamente, el vigente Plan Municipal de Urbanismo de la Villa recoge entre los inmuebles acogidos a Protección Medioambiental el de la Parcela 1032 de la Calle Mayor, que fue el domicilio de los padre del Venerable García Lahiguera y donde éste nació, tal como lo recuerda la placa que el Ayuntamiento de Fitero puso en la fachada, el 17 de septiembre de 1989. Por lo que, si antes ya tenía sentido proteger este edificio, ahora con más motivo debería protegerse y conservarse.