El Tamarigal debe ser uno de los bosques salvajes más antiguos de Fitero pues ya figura como tal a principios del siglo XVII, ocupando toda la margen izquierda del río Alhama desde la Presa de los Baños, esto es, desde las actuales instalaciones de Baños de Fitero que hay en el límite con la Venta del Baño (Cervera del Río Alhama) hasta el término fiterano del Paguillo, y es posible que lleve ahí miles de años. Aunque parece que este arbolillo que no alcanza los 10 m. de altura, monoico y caducifolio, que suele tener varios tallos retorcidos que surgen desde la base y forman una copa abierta, puede que no sea autóctono pues la denominación latina de esta especie botánica es Tamarix Gallica, esto es Tamariz de la antigua Galia y es probable que fueran los romanos quienes aquí lo trajeran a principios del siglo II a. C., con objeto de disponer de abundante y flexible material constructivo para las acequias, presas e incluso para las viviendas. Eso si es que no lo trajeron antes los celtas que aquí fueron llegando en su largo peregrinar a través de Europa.
Actualmente su extensión es más reducida ya que últimamente se han venido cultivando los terrenos situados entre el Paguillo y los que hay a la altura del lugar en el que se encontraba el restaurante El Hortal, en el que tan bien se disfrutaba de los magníficos platos que preparaba Tomás López hasta que cerró el mes pasado. Lugar en cuyas cercanías también está ubicada la Estación de Bombeo de Aguas Residuales para conducir las que se generan en Baños de Fitero hasta el sistema de alcantarillado de la Villa. Si bien esta instalación pública está en un lugar discreto y funcionando desde hace casi un lustro, cuando uno se acerca al tamarigal y se aproxima a sus cercanías le delata el ruido de sus motores y, si a alguien se le ocurre ir a ver de dónde procede éste, será recompensado con el mal olor que también desprende esta instalación y que hace que sea innecesario subir la cuesta para leer el correspondiente cartel explicativo.
Ojalá pronto completen y enlacen los dos tramos del camino peatonal que unen los casi 4 kms. que hay entre Fitero y Baños de Fitero y que al hacerlo, ya que pasará precisamente junto al tamarigal, lo dejen todo en tan buenas condiciones como para que los bañistas, los turistas en general y también los fiteranos disfruten o disfrutemos de este camino, de la ribera del río Alhama y, en general, del Patrimonio Medioambiental que nos ofrece la Naturaleza.