Esta Sociedad fue la primera cooperativa que hubo en Fitero ya que, como publicó Manuel García Sesma, fue fundada en 1912, por iniciativa de D. Vicente García Albericio, su primer presidente. Su objeto fue defender los intereses de los pequeños y medianos cosecheros contra los abusos caciquiles de los grandes. Empezó con unas seis decenas de socios, que fueron aumentando rápidamente, pues los hubo de dos clases: activos (los cosecheros) y honorarios (simpatizantes, no cosecheros). La cuota de los primeros era un pequeño tanto por ciento sobre las ventas de sus cosechas; y la de los segundos, 25 pesetas anuales, que les daba derecho a disfrutar de su café. Su domicilio social fue la casa n.º 5 de la Calle Mayor [actualmente alberga el único servicio de Taxi de Fitero], propiedad del Sr. Albericio, quien, tres años después, se marchó a Madrid a vivir allí con su familia. Entonces se instaló en ella el café de la Sociedad, llamado popularmente el "Vinícola", cuyo conserje fue el alpargatero Martín Aguirre. La Sociedad de Cosecheros, cuyo secretario fue el confitero Alejo Falces, duró hasta 1937, en plena Guerra Civil, siendo el último presidente Leocadio Yanguas. En 1917, obtuvo 100.000 Dls. de vino. Volumen que da idea de la importancia de la contribución de estos cooperativistas fiteranos al sector dedicado al cultivo y cosecha de la vid, así como al de la producción de vino que tradicionalmente hubo en la Villa.
Cabe destacar que el turiasonense Vicente García Albericio cursó estudios de Ciencias Físico-Químicas, en la Universidad de Zaragoza, y estuvo casado con la fiterana María Lahiguera Martínez y que el segundo de los cuatro hijos de este matrimonio fue el fiterano José María García Lahiguera, arzobispo de Valencia, cofundador junto con María del Carmen Hidalgo de Caviedes y Gómez de la congregación de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, en 1938, y actualmente en proceso de beatificación. Así como que, el primogénito de los hijos de este matrimonio, el también fiterano Antonio García Lahiguera, llegó a ser cónsul de España en varias capitales de Europa y América, siendo nombrado, en 1964, Director General de Asuntos Consulares.
Finalmente, señalar que el periódico ABC, en su edición madrileña del 9 de septiembre de 1914, publicó entre las felicitaciones de diversas localidades y entidades de toda España que iban dirigidas al Gobierno, por su política de neutralidad ante la que después fue conocida como la Primera Guerra Mundial, la del presidente de la Junta General de la Sociedad de Cosecheros de Fitero. Quién, por cierto, debido a la plaga de filoxera que arruinó sus viñas en las campañas de 1914 y 1915, tuvo que emigrar a Madrid para ganarse la vida dando clases en el Colegio Libre de Segunda Enseñanza que allí tenía su hermano, Atilano García Albericio, hasta que falleció pocos años después, el 13 de mayo de 1919.