En el programa electoral de la actual Corporación Municipal figura la creación de un mirador turístico en la carretera NA-6900: Fitero-Polígono de Fitero, encima de las tres peñas. Esto es, en la margen derecha del río Alhama y sobre ésta, aunque más que encima de la ubicación del popular Pozo de Las Tres Peñas, aguas abajo de donde se encuentra éste y justo encima de la presa que nutre de agua al río Llano que los cirboneros construyeron en la segunda mitad del siglo XVI, entre la desembocadura del Barranco de los Palomares, que dio nombre al Paseo Viejo o Paseo del Barranco, y el del arroyo de Quiebracántaros, siendo éste, precisamente, el nombre de la peña en cuya cima está el lugar en el que se va a construir el citado mirador.
Seguramente, esta obra estará relacionada con la de la esperada mejora del trazado y firme de la carretera local NA-6900. Hay que reconocer que es una iniciativa muy buena pues convertirá lo que hoy es un amplio arcén lleno de plastones de hormigón, buen número de escombros y diversa basura en un lugar desde el que será más agradable seguir admirando el encantador paisaje que, por la margen izquierda del río Alhama, va desde la Peña del Baño -Baños de Fitero- hasta la de Fitero o Pañetero, pasando por la Cruz de la Atalaya, a cuyos pies se haya ubicada la Villa y el vergel de la Huerta.
Este topónimo de la Peña de Quiebracántaros, documentado desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XIX, da idea de la función tradicional que, como vertedero de la villa de Fitero, se le dio a su escarpada vertiente norte. Por lo que es de esperar que éste sea también el nombre que se le de al futuro mirador y que así no se acabe de perder este topónimo y se puedan seguir identificando las referencias que a él se hacen en la rica documentación del antiguo monasterio cisterciense de Fitero. Eso sí, sin confundir las referencias a esta Peña de Quibracántaros con las de que se refieren a la riojana Peña del Saco, ubicada en el límite de Cervera del Río Alhama con Fitero, frente a Baños de Fitero, como desafortunadamente hizo el equipo topográfico dirigido por José María Jimeno Jurío, trasladando este craso error y otros parecidos al registro de la toponimia oficial de Navarra que, algún día, alguien del Ayuntamiento de Fitero o del Gobierno de Navarra deberá preocuparse por su corrección, si es que se quiere ser fiel a la Historia de la Villa. Ni tampoco confundir este topónimo de la peña y el arroyo de Quiebracántaros con el topónimo medieval de Quiebracántaros que también figura en los documentos del cartulario del antiguo monasterio de Fitero, de mediados del siglo XII, y que se refieren a otro lugar que estuvo ubicado en el antiguo término de Murillo. Esto es, en las cercanías de la casa del Soto y del Monte Castillo, cerca del despoblado de Tudején, y que también debió servir de escombrera o vertedero de esta villa antecesora de la de Fitero.