lunes, 24 de enero de 2011

El monasterio de Fitero necesita un Plan Director

No faltan muchos años para que se cumpla el segundo centenario de la Desamortización definitiva del monasterio de Fitero. En realidad, sólo queda un cuarto de siglo para conmemorar la solución que encontró Mendizábal para recaudar fondos con los que suplir el déficit del Estado, vendiendo las propiedades que habían pertenecido a las órdenes religiosas, entre las que se encontraba la de Cister y su monasterio de Fitero. Tras la cual, su templo, sacristía incluida, así como su claustro permanecieron en manos de la parroquia. Mientras que los otros edificios acabaron en manos particulares. Aunque algunos pertenecen ahora al ayuntamiento de la villa (sin ir más lejos, la sede municipal se alberga en la antigua hospedería del monasterio).
No es poco el dinero que lleva invertido el Gobierno de Navarra en la restauración del magnífico templo cisterciense y éste ha servido, además de para que se mantenga el culto, para acoger diversas actividades culturales como exposiciones y conciertos, entre los que destacan los ofrecidos por la maravillosa soprano María Bayo. Y cuando finalice el Plan Navarra 2012, con el que ya se ha restaurado el piso inferior de la crujía oriental, se espera que se haya intervenido también en las otras tres pandas, habiéndose reconstruido la esquina que se hundió en enero de 1893 y que se hayan restaurado completamente este claustro plateresco y su neoclásico sobreclaustro.
No obstante, ya ha pasado más de una década desde que se reconstruyera el edificio hundido en 1997, adjunto al claustro y que albergó el refectorio medieval y la moderna biblioteca monacal, y como casi todo este tiempo ha estado cerrado, convendría enmendar este proceder, planificando los usos a los que se van a destinar dicho edificio y el claustro. No importa que el Gobierno de Navarra mantenga la propiedad de la biblioteca, que obtuviera durante su reconstrucción en 2000, o que ésta vuelva a ser municipal, ni que el claustro sea de la Iglesia. Lo importante es que quien tenga competencias para ello ponga en marcha un Plan Director y le saque provecho a esta inversión, en beneficio de todos. A la vez que aumente el número de quienes visitan Fitero, promoviendo así su anhelado desarrollo socioeconómico y cultural.